martes, 28 de junio de 2011

Garoña mata al Ebro

Garoña contamina térmicamente el Ebro muy por encima de lo permitido
Greenpeace constata en un informe que la temperatura de las aguas del Ebro se eleva de manera alarmante en las inmediaciones de Garoña, por lo que ha exigido su cierre.
La desconexión de la planta de Garoña, que ha paralizado su actividad en mayo, ha provocado una reducción considerable de la contaminación térmica del río Ebro. La temperatura de sus aguas, a su paso por la central, era 1,4 grados más alta que en Frías, localidad ubicada aguas arriba. Una cifra que pasa casi desapercibida si se compara con la deferencia de 18 grados que se recogió en febrero.

El responsable de enegía nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, ha presentado en Gasteiz el segundo informe termométrico del Ebro a su paso por la central nuclear de Garoña. Un estudio realizado por la asociación ecologista durante el mes de mayo, en el que se muestra una reducción drástica en la contaminación térmica de la zona si se compara con los datos de febrero.

Cabe señalar, que las muestras de este segundo estudio, realizado por Ambietek y Uriker, dos empresas acreditadas por el Ministerio de Medio Ambiente español, fueron recogidas durante los días 4 y 28 de mayo, días en los que se produjo la recarga de combustible de la central. Un periodo en el que la misma cesa su actividad.
Bravo ha explicado que la causa de esta contaminación térmica reside en los "problemas de refrigeración" del reactor de la central, sistema similar al de la planta nipona de Fukushima.
Además, ha recordado que el Ministerio de Medio Ambiente determinó que el máximo incremento admisible de la temperatura por la acción de la central debe ser de 3 grados centígrados, normativa que a las claras incumple la planta burgalesa, por lo que han exigido su cierre inmediato.

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