domingo, 31 de octubre de 2010

Si eres pez es un alto riesgo vivir en Bolivia

Lo que para algunas personas del área urbana son los peces, mascotas aburridas,  para muchas comunidades campesinas del país estos animales son un elemento importante para su economía y alimentación. Sin embargo, la cantidad de peces en los ríos disminuye cada vez más y queda atrás aquella época en la que abundaban en los ríos.
Todas las especies de peces están amenazadas, en mayor o menor grado. Los factores de amenaza son variados: por la modificación de su hábitat, contaminación acuática, introducción de especies exóticas, sobrepesca y el cambio climático, dijo el biólogo Paul Van Damme.
La pérdida o modificación del hábitat acuático conlleva la pérdida de alimentación y reproducción de los peces, obligándolos a huir del lugar e incluso desaparecer. Así, la construcción de represas hidroeléctricas en los ríos Madera y Beni es un peligro para las especies que viven en esa región y las migratorias, señaló.
En Bolivia los mayores problemas ambientales son los desechos mineros, aguas servidas (domésticas), aguas industriales, pesticidas e hidrocarburos. La contaminación acuática se manifiesta de diferente forma en varias zonas del país, afectando seriamente a diversas especies de peces. Por ejemplo, en el río Pilcomayo, afecta al sábalo debido a que recibe afluentes de las zonas mineras del departamento de Potosí”, explicó Van Damme.
En la provincia de Chapare se practica mucho la introducción de especies exóticas mediante la piscicultura, como el pirarucú o arapaima que crece hasta superar los tres metros de largo y llega a pesar hasta 250 Kilogramos, se alimentan de otros peces y hasta de pequeños animales terrestres. Por esa razón, además de otras, hay menos pacú y si hay, los sacan cada vez más pequeños, expresó el biólogo.
Otro parámetro para la extinción de estos animales acuáticos es la sobrepesca. El Libro Rojo de la fauna silvestre de vertebrados de Bolivia da a conocer que 65 por ciento de los peces son utilizadas para la subsistencia, pero esto no conlleva a ser una total amenaza para los peces. Sin embargo, el 28 por ciento de la pesca comercial, 14 por ciento de la pesca deportiva y el 14 por ciento de la pesca ornamental sí es una amenaza para las especies. Van Damme indicó que en la pesca de subsistencia se da un tiempo determinado para que los peces se reproduzcan; en cambio, en la pesca comercial y en las demás, no, pescan a todo momento sin importar que especie sea.
El cambio climático también influye para la extinción de los peces. En julio de este año, las aguas heladas y las bajas temperaturas que descendieron hasta menos cuatro grados contribuyeron a la muerte de millones de peces en Santa Cruz y Beni, y a la extinción de varias especies en Tarija, según el portal de Radio Fides.
El biólogo Fernando Carvajal informó que en Bolivia hay más de 700 especies de peces y de éstas, 42 especies en diferentes áreas son consideradas en peligro de extinción. Las Orestias y Trichomycterus contienen el mayor número de especies amenazadas en Bolivia.
“Los peces son componentes claves que ayudan a controlar el funcionamiento ecológico de los ecosistemas acuáticos, juegan un rol en el ciclo de nutrientes, intervienen en la dispersión de semillas, ejercen presión sobre los niveles tróficos más bajos y sobre todo aportan en la alimentación de las personas”, explicó Carvajal.
Los biólogos entrevistados revelaron que los sectores pesqueros de todo el país están abandonados y descuidados.  Lla pesca no progresó, sigue igual que hace 15 años, indicó Van Damme.
Carvajal declaró que la Ley de pesca es una Ley obsoleta (de 1990) y que las demandas y necesidades actuales ya son otras, “ya no se adecuan a la realidad, es necesario crear un plan estratégico para cada departamento o analizar las falencias de esta Ley y lograr que se adecúe a la realidad boliviana, manifestó

Fuente:Los tiempos.com Cecilia Isabel Rojas

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