FUENTE: EFE
La FAO considera que integrar la producción de cultivos alimentarios y de los destinados a la elaboración de biocombustible es una de las mejores fórmulas para impulsar la seguridad alimentaria y energética de los países, reduciendo al mismo tiempo la pobreza.
Ésta es la conclusión alcanzada por esta Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en su estudio "Hacer que los sistemas integrados de alimentos y energía trabajen a favor de la gente y el clima", presentado hoy en su sede de Roma.
"Los sistemas agrícolas que combinan cultivos alimentarios y energéticos (IFES) presentan numerosos beneficios para las comunidades rurales pobres", aseguró Alexander Müller, Director General Adjunto de la FAO para Recursos Naturales.
Müller precisó que, de este modo, los campesinos pobres podrían utilizar los sobrantes de los cultivos de arroz para producir bioenergía, o que en un sistema agroforestal se podrían aprovechar para cocinar los desechos de los árboles de los que se obtienen frutas, cocos o café, entre otros.
Ese sistema permitiría a los campesinos ahorrar dinero, pues no tendrían que comprar combustibles fósiles o fertilizantes químicos, y destinarlo a adquirir los materiales y las materias necesarias para incrementar su productividad, subrayó este experto de la FAO.
A través de un comunicado, la FAO recalcó además que los sistemas IFES beneficiarían también a las mujeres, ya que no se verían obligadas a abandonar sus cultivos para ir a recoger leña, al tiempo que se reducirían los riesgos para la salud, al disminuir el consumo de combustibles de madera.
Esta agencia de Naciones Unidas destacó además que la integración de la producción de alimentos y de energía contribuiría también a mitigar el cambio climático. EFE
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