domingo, 6 de febrero de 2011

LA LUCHA CONTRA LA ENFERMEDAD DE “CHAGAS”

Se transmite por la picadura de una chinche infectada por un parásito
FUENTE: Las Provincias.es /Amelia Calot Escobar
. Hasta el 7 de febrero, la ONG Médicos sin Fronteras (MSF), presenta la exposición fotográfica 'Chagas: es hora de romper el silencio' en el Hospital de Manises (Valencia). Esta exposición tiene como finalidad dar a conocer una enfermedad que afecta a 18 millones de personas en países en vías de desarrollo, principalmente en Latinoamérica, pero que también se extiende a Europa, EEUU, Australia y Japón debido al turismo y la inmigración.
Fué inaugurada por responsables de la ONG y del Hospital de Manises, quienes han querido recordar que, a pesar de tratarse de una enfermedad descubierta ya hace cien años, en la actualidad causa la muerte de más de 14.000 personas en todo el mundo. En ella se explica qué es el Chagas y cómo se transmite, cómo se articulan los actuales programas de lucha contra la enfermedad y cuáles son sus carencias, así como los obstáculos existentes en materia de diagnóstico y tratamiento.
Según explica el responsable de Médicos sin Fronteras de la Comunidad Valenciana, «Con esta exposición queremos poner de relieve que es necesario la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos con menos efectos secundarios, nuevos métodos de diagnóstico rápido y nuevas pruebas de curación».
Pero... ¿Qué es el Chagas? El Chagas o la tripanosomiasis humana americana es una enfermedad infecciosa provocada por el parásito Tripanosoma cruzi. Fue descubierta en el 1909 por el médico brasileño Carlos Chagas, que comunicó la existencia de una nueva enfermedad infecciosa. Un año antes, ya había descrito al parásito que la provocaba y al insecto que la transmitía. Su triple descubrimiento se considera único en la historia de la medicina. Esta enfermedad es transmitida por la picadura de la chinche picuda, también llamada vinchuca, infectada con el parásito tripanosoma cruzi. Estos insectos viven en las grietas de paredes y techos de las viviendas construidas con ladrillos de adobe, ramas, paja, etc., de donde salen por la noche para alimentarse de sangre. Al picar a una persona depositan heces en la piel. Si la persona se rasca o se frota los ojos o la boca después de haber tocado la picadura, los parásitos pueden pasar a la sangre. Cuando la persona infectada es picada por otro chinche, el parásito infecta al insecto continuándose el ciclo.
También puede transmitirse por transfusiones de sangre durante el embarazo, de madres a hijos y, con menos frecuencia, a través de trasplantes de órganos o, incluso, por la ingesta de alimentos contaminados. No se transmite por contacto directo con personas infectadas.
En las primeras semanas después del contagio aparecen los síntomas de la enfermedad (fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o muscular) y que pueden confundirse con los de la gripe, y a los pocos días desaparecen, lo que impide la detección temprana y el tratamiento eficaz.
Aproximadamente el 70% de los infectados vivirá con el parásito sin presentar síntomas. Sin embargo, para el 30% restante, la fase crónica acabará produciendo lesiones irreversibles en corazón, esófago y colon, siendo el paro cardíaco la causa de muerte más frecuente.
En la actualidad para el tratamiento sólo existen dos medicamentos (benznidazol y nifurtimox), desarrollados hace más de 35 años. Aunque son muy efectivos en recién nacidos y lactantes, en adolescentes y adultos las tasas de curación sólo llegan al 60 o 70%. Además, los pacientes de mayor edad tienen más probabilidades de sufrir efectos secundarios.

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