domingo, 30 de octubre de 2011

DOS INTERESANTES ARTÍCULOS SOBRE LOS DESHAUCIOS

Deshaucios por sorpresa
Los jueces ordenan desalojos sin una fecha concreta para evitar la presión social - La presencia policial y las detenciones aumentan en las expulsiones
CASANOVAS / R. CARRANCO - . EL PAÍS.
Esta noticia es de finales de julio, pero bien podría ser de hoy.


Ignasi Cisteró y su hija de 12 años dormían ayer en el número 56 de la calle de Ca l'Alegre de Dalt. Por eso no cogieron el teléfono. El dueño del bar de la esquina les llamaba insistentemente para advertirles de que cuatro furgones de los Mossos d'Esquadra estaban en la puerta de su casa. Faltaba poco para las ocho de la mañana. Finalmente, un estrepitoso ruido le sacó de su sueño. Cisteró asegura que los Mossos tumbaron las tres puertas que dan acceso a la vivienda para desahuciarles.
Sin avisar, se quejó ayer el hombre. Pero de forma legal: con una orden abierta del juez que no especifica día y hora concretos, solo un plazo máximo para hacerlo. En este caso, el 31 de julio. Cisteró vive en una casa que arrendó su madre por 60 euros al mes. Pero una inmobiliaria la compró y ahora quiere derribarla.
La fórmula abierta evita la presión social que acompaña últimamente a los desalojos. El lunes, más de 200 personas se plantaron ante una vivienda en el barrio de El Clot para evitar un desahucio. Los antidisturbios cumplieron el mandato del juez, pero 34 personas fueron denunciadas y 10 resultaron heridas (siete de ellas, mossos). El pasado 9 de febrero, en Vic, otro lanzamiento (como se conoce a los desahucios) acabó con altercados con la policía. Trece personas se sentaron ante el juez por resistencia y desobediencia.
El aumento de los desahucios, sumado al auge del Movimiento 15-M, está complicando el panorama. En el primer trimestre de este año se han presentado 1.925 lanzamientos, según datos del Consejo General del Poder Judicial. El año pasado, la cifra total creció un 25% respecto a la de 2009 (6.645 frente a 5.321).
"No es habitual que la orden se extienda con un plazo de ejecución tan amplio", lamentó ayer un portavoz de Acampada de Barcelona. La presión social ya logró evitar que echasen a Cisteró de su casa el 20 de junio. Unos 70 manifestantes se apostaron en la puerta y la comitiva judicial cedió. "Siembran el miedo y la incertidumbre", lamentó el hombre.
"Está claro que los jueces tienen la firme voluntad de desahuciar a la gente", afirmó Ada Colau, miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). En los primeros desalojos, las notificaciones solían incluir día y hora concretos. Ante la presión social, pasaron a ser semiabiertos. "Se realizaban entre las nueve de la mañana y las tres de la tarde, e incluso se ampliaban hasta 24 horas", explicó ayer Lucía Delgado, miembro de la PAH. En ese lapso de tiempo, entidades sociales, vecinos e indignados acudían para evitar los desalojos. La plataforma ha frenado hasta el momento 63 desahucios (una veintena en Cataluña).
"La fórmula abierta es habitual en el caso de usurpaciones de vivienda, los okupas", indicó ayer el abogado Jaume Asens. "En los desahucios es más inusual. Se hace para evitar el efecto llamada, la oposición y la resistencia", añadió. A su entender, el sistema está desbordado: "No existen recursos materiales para hacer frente a los movimientos en contra de los desahucios. Por eso usan la sorpresa y a los antidisturbios". "Quieren desactivar las movilizaciones sociales", advirtió Delgado.
En el desalojo de ayer, nadie acudió en ayuda de Ignasi y su hija. Ya en la calle, observaron cómo varios obreros tapiaban todas las puertas y ventanas del inmueble, de tres plantas.
Pisos ganga procedentes de desahucios
Cajas y bancos concentran la oferta en el salón inmobiliario de Barcelona
CLARA BLANCHAR - Barcelona ,para El País.
Esta noticia vió la luz en Octubre.
Irreconocible. Se acabó el paseo de nunca acabar por pabellones y pabellones. Se acabaron las camisetas, viseras y mochilas de regalo que rebosaban de las bolsas de los visitantes. Se acabaron las bandejas de canapés y de jamón que parecían no tener fin. Los coches y los trasteros de regalo como anzuelo para comprar. No hay maquetas enormes de promociones de obra nueva. Ni expositores enormes, de dos pisos, con directivos departiendo en el de arriba. La resaca del pinchazo de la burbuja del ladrillo está siendo larga y el BMP lo muestra con toda crudeza. Este año ocupa un solo pabellón de la feria de Barcelona (20.000 metros frente a los 200.000 que tenía en pleno boom del ladrillo) con 265 empresas cuando hace cuatro eran más de 650.
Pero no solo el tamaño del evento ha cambiado, también la oferta. La mitad del salón está dedicada a Rusia, país invitado que busca tanto a empresas que inviertan allí como aporta compradores para pisos y casas de lujo de aquí. Un segmento muy específico que no salvará al grueso de la crisis. En la otra mitad del pabellón, llama la atención ausencia de las grandes promotoras españolas. Hay pocas, de tamaño medio, como La Llave de Oro o Núñez, Reyal Urbis, Vertix o Navarro, en estands que ni por asomo se parecen a lo que fueron.
En cambio, cajas y bancos sí están presentes con grandes estands y ejércitos de comerciales. Ofrecen productos propios, sí, pero también pisos procedentes de embargos a familias que no los han podido pagar y han acabado desahuciados, y también obra nueva de promotores que les han cedido edificios enteros en dación: a falta de líquido para pagar, les traspasaron proyectos a medias para que los terminaran y vendieran las entidades a cambio de saldar la deuda.
En la obra nueva no tanto, pero en la segunda mano impresiona ver los precios de pisos de los que alguien se ha tenido que ir. Hay auténticas gangas. Los hay por debajo de los 200.000 euros, impensable en 2007. E incluso de los 100.000. Ciudades pequeñas del área de Barcelona y municipios de todos los rincones de Cataluña donde ni los expertos ven la forma de colocar tanto estoc.
Las entidades que han acudido al salón son Servihabitat-La Caixa, Catalunya Caixa Inmobiliaria, Solvia-Banc Sabadell, BancajaHabitat, BBVA Vivienda y Bankia. Ésta última incluso ha editado un folleto específicamente para la feria con una selección de casi 300 pisos procedentes de ejecuciones.
BBVA ofrece promociones propias de obra nueva, de Anida, comercializa las de otras empresas -con descuentos de 6.000 euros o del 4% del precio-y también pisos de segunda mano procedentes de embargos. El catálogo de CatalunyaCaixa, ofrece obra nueva que la entidad se ha quedado, por ejemplo, de Metrovacesa, Fbex, Martinsa-Fadesa -quien protagonizó el que en su momento fue el mayor concurso de acreedores- o Reyal Urbis: promotoras que hace solo cinco años acudían a BMP con enormes estands donde los obsequios para el público y los canapés de jamón y salmón parecían no tener fin. El director del área comercial de la división inmobiliaria, Pol Clota, resume muy gráficamente la evolución de la actitud de las entidades a la hora de conceder hipotecas desde que estalló la burbuja inmobiliaria: "Se ha cambiado el paso del grifo; antes se dejaba el grifo abierto cuando no era necesario".
En el expositor de Banc Sabadell, el director del área inmobiliaria de Cataluña, Alfredo Laffitte, reconoce que la superficie alquilada ha aumentado y explica que en las mesas hay tanto comerciales propios como de promotores a quienes el banco ha financiado y no se pueden costear una caseta propia. Ha cambiado la actitud a la hora de financiar: "Los precios se han ajustado y hoy no financiamos a quien no puede pagar". En el catálogo de la entidad, titulado Momento Inmobiliario hay también locales, naves y oficinas. La Caixa concentra su oferta en el área de Barcelona, como se desprende de su catálogo Pásalo. Ofertas inmobiliarias, unos productos a los que cabe añadir oportunidades de segunda residencia en el complejo Marina d'Or: pisos amueblados desde 81.200 euros, asegura el folleto informativo. La promotora Marina d'Or, con todo, también tiene caseta propia, de unos pocos metros cuadrados, en los que ofrece Las Villas de Tamesna, un complejo que levanta al sur de Rabat.
A la espera del grueso del público, que desembarca el viernes por la tarde y durante el fin de semana, la atención del salón inmobiliario de Barcelona se centra en las jornadas, el Symposium. Representantes del sector y de la administración debaten sobre un futuro que pinta difícil. Hay que dar salida a una bolsa de pisos de obra nueva que solo en Cataluña está cifrada en unos 13.000. A primera hora, el secretario de Vivienda de la Generalitat, Carles Sala, lo pinta muy mal. Habla de "deslizarse por el precipicio" y de la actual crisis no es un "paréntesis". "Estamos en un cambio de paradigma, no es que sea Niño-Becerra [economista que se muestra muy pesimista], pero nada volverá a ser igual a 2004, 2005 y 2006".

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