lunes, 7 de mayo de 2012

La huelga de hambre de los presos palestinos

La huelga de hambre de presos palestinos alcanza peligroso punto de tensión
FUENTE: LaRepublica.pe/Antonio Pita. EFE/

Protesta. Presos palestinos en cárceles de Israel llevan 20 días sin probar alimentos. Hay varios graves.
"Intifada de las prisiones". Casi dos mil presos palestinos en cárceles de Israel se declararon en huelga de hambre desde el 17 de abril. Diez fueron hospitalizados. Hamás y la Yihad Islámica amenazaron con poner fin a la tregua de facto.
La huelga de hambre de al menos 1.600 presos palestinos en cárceles israelíes ha alcanzado un delicado punto de tensión con la hospitalización de diez de los reclusos y las amenazas de represalias de Hamás y la Yihad Islámica si alguno de ellos muere.
La portavoz del servicio penitenciario israelí, Sivan Weizman, aseguró a Efe que unos 1.600 reos, de un total de más de 4.600, están en huelga de hambre.
La asociación de defensa de presos palestinos Adamir eleva la cifra a más de 2.000 y la ONG palestina de derechos humanos Al-Haq a 2.600.
Diez de ellos están ingresados en el hospital o en la enfermería de la prisión, entre ellos el líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), Ahmed Saadat, que tiene cerca de 60 años de edad.
Aunque apenas atrae titulares en la prensa israelí, la "Intifada de las prisiones" ha entrado en una delicada fase de máxima tensión con un importante potencial de deterioro en cadena.
Amnistía Internacional (AI) ha hecho un llamamiento urgente porque Bilal Diab y Zaer Halahle, que llevan 68 días sin ingerir alimentos, están siendo sometidos a un trato "cruel, inhumano y degradante" y sus vidas "corren peligro".
AI exhorta a las autoridades israelíes a liberar a ambos reclusos y a otros cuatro que rechazan los alimentos desde marzo: Hasan Safadi, Omar Abu Shalal, Yafar Azedín y Mahmud Sarsak.
Adamir recuerda que el 5 de mayo de 1981 el preso de la banda terrorista IRA Bobby Sands falleció en una prisión británica tras una huelga de hambre de 66 días, dos menos de los que llevan Bilal Diab y Zaer Halahle. El padre de este último, Ayish, declaró a Efe en su casa de Jaras, un pueblo cerca de Hebrón, que su hijo es un "valiente" que "ha decidido solucionar su problema con una forma de resistencia no violenta".
El pasado jueves, el Tribunal Supremo de Israel celebró una vista para revisar los casos, pero no tomó decisión alguna y Diab se desmayó en plena sala del tribunal. Le tuvo que ayudar un conocido diputado palestino en el Parlamento israelí, Ahmed Tibi, médico de profesión, lo que originó una tensa situación cuando un guardia le impidió prestar el auxilio incluso después de que el juez lo solicitase.
Ese mismo día un líder del movimiento islamista Hamás, Jalil Haya, advirtió en un mitin en Gaza de que la huelga de hambre "no es un juego", sino que puede dejar algún cadáver.
Los reclusos piden el fin del aislamiento penitenciario y de la detención administrativa, una figura legal que permite a los tribunales militares israelíes en los territorios ocupados encarcelar a una persona sin presentar cargos y según pruebas secretas que ni el preso ni su abogado conocen.

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