sábado, 20 de agosto de 2011

ARTÍCULOSOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE

Fuente: Veracruzanos .info.
El desarrollo sostenible no existe si se consumen productos industrializados

 “El proceso de aprendizaje en el que vivimos y el tremendo caos social y ecológico nos ha permitido comprender que más allá de lograr un proyecto que simplemente cumpla con el llamado desarrollo sostenible, estamos buscando una vida sostenible”
Cuando un modelo de producción basado en el desarrollo sostenible sirve para adquirir productos industrializados no está siendo sostenible por completo, por ello es necesario transitar hacia la permacultura, comentó Ricardo Romero de la Cooperativa Las Cañadas, ubicada en la región de Huatusco.
Al participar en la Semana Forestal organizada por el Instituto de Investigaciones Forestales (Inifor) de la Universidad Veracruzana (UV), el ingeniero agrónomo egresado de la UV conversó acerca de cómo se conformó su cooperativa y el enfoque bajo el cual se administra.
Comentó que cerca de 300 hectáreas componen el área donde colaboran 22 familias cuyo sustento y modo de vida se establece a partir de la cooperativa y de aplicar un modelo basado en el concepto de permacultura.
“En un principio Las Cañadas iba encaminada a consolidarse como una empresa verde, ecológica, convencional; es decir, al mismo tiempo que respeta y cuida el medio ambiente, logra un crecimiento económico en cada una de sus áreas, mejora la rentabilidad de las mismas, se inserta y compite en el mercado”, explicó.
Sin embargo, “el proceso de aprendizaje en el que vivimos y el tremendo caos social y ecológico nos ha permitido comprender que más allá de lograr un proyecto que simplemente cumpla con el llamado desarrollo sostenible, estamos buscando una vida sostenible”.
Señaló que “una definición actual de la permacultura, y que refleja la expansión del enfoque, es el diseño consciente de paisajes que imiten los patrones y relaciones encontrados en la naturaleza, mientras generan abundante comida, fibras y energía para satisfacer las necesidades locales”.
En ese sentido, abundó, “las personas, sus construcciones y las maneras como se organizan, son de importancia central en la permacultura y su visión como agricultura permanente o sostenible ha evolucionado a la de la cultura permanente o sostenible”.
El ponente explicó que la permacultura no es el paisaje, “o las habilidades de agricultura orgánica, agricultura sostenible, construcción de eficiencia energética; por el contrario, puede utilizarse para diseñar, establecer, manejar y mejorar todos los esfuerzos que los individuos, los hogares y las comunidades realizan en aras de un futuro más sostenible”.
Ricardo Romero destacó que la permacultura significa “vivir de una manera simple y sencilla; los expertos en este tipo de vida y los poseedores de un gran conocimiento de los trabajos y la vida en el campo son los campesinos, quienes representan la mayoría del equipo que forma la cooperativa y comparten el trabajo con el resto del equipo: la gente de ciudad que aporta sus conocimientos y habilidades administrativas, de planeación y organización”.

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