viernes, 6 de mayo de 2011

LAS ONGs Y LA CRISIS.

Las ONG se movilizan contra los recortes.
El descontento por la reducción de partidas presupuestarias para cooperación dificulta el trabajo de lucha contra la pobreza y está generando varios movimientos.
Este fin de semana, Intermón Oxfam celebrán actos en varias ciudades españolas.
FUENTE:PERIODISMOHUMANO/ Diego Cobo
Cuando el segundo fin de semana de abril el sol dominaba medio país, Intermon Oxfam montaba guardia en la mayoría de las 46 ciudades en las que sacó todos sus recursos para gritar contra las injusticias. Bajo el lema “Que no paguen los de siempre”, la organización promueve una iniciativa que exige la imposición de la llamada tasa Robin Hood, de la que ya hemos informado en periodismohumano. Los últimos actos del movimiento que  están desarrollando se llevarán a cabo en los dos próximos fines de semana.
“Con el pretexto de la crisis, los gobiernos están recortando el gasto social y la ayuda a los países del sur, castigando así a las personas más pobres y vulnerables”. Así comienza el manifiesto que se lee en los actos en importantes plazas de las ciudades. La salida exigida a la crisis pasa por un impuesto del 0,05% que grava las transacciones financieras y cuya implantación, con la expansión de la crisis, está tomando más fuerza.

La tasa rebautizada como Robin Hood es una nueva versión de la propuesta que el Nobel de economía  James Tobin propuso hace 40 años y que se perfilaba más como una utopía que como algo viable. Ha sido precisamente a raíz del reventón de la burbuja financiera cuando el movimiento que respalda un pequeño porcentaje de las transacciones destinado a combatir la pobreza y el cambio climático ha ido ocupando debates públicos. Esta vía de financiación, se estima, puede recaudar en torno a 300.000 millones de euros. Es decir, más del triple de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) de los países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), que el año pasado llegó a 128. 728 millones de dólares.
En los últimos meses, el debate se ha colado en las reuniones de los países más poderosos. El pasado 13 de abril, 1.000 economistas de 53 países firmaron una carta dirigida a los ministros de economía de los países del G20 que se reunían en Washington en la que animan a implantar el impuesto. Líderes políticos como Nicolás Sarkozy o José Luis Rodríguez Zapatero  han mostrado el apoyo a dicha tasa. El presidente del gobierno español, en la conferencia que pronunció el pasado septiembre en la Universidad Columbia de Nueva York, con motivo de la cumbre de Naciones Unidas respaldó el gravamen. “La instauración de una tasa sobre las transacciones financieras como instrumento de financiación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)  sería muy eficaz como instrumento de recaudación, y a mi juicio tiene pleno sentido su instauración”, dijo después de afirmar contundente que “es materialmente concebible la desaparición de la pobreza extrema”.
Una semana más tarde, se conocía el proyecto para los presupuestos del 2011, cuyos recortes eran considerables. Finalmente, vio la luz un presupuesto que en materia de cooperación cayó más de un 18%. Esto supone que se destina un 0,4% de la Renta Nacional Bruta (RNB). Hasta el 2006, según el Ministerio de Exteriores y Cooperación, no se sobrepasó del 0,3.
El aumento en el último lustro se  ha paralizado debido al contexto frágil y en el que muchas voces críticas se han hecho notar para clamar por las ayudas cuando más se necesitan. Los ODM  parece que se resisten a cumplirse en el año 2015 y la línea del 0,7%  trazada en la Asamblea General de Naciones Unidas de 1980 queda lejos. Sin embargo, los Países Bajos, Dinamarca, Luxemburgo y Noruega, Suecia la superan de manera holgada. Dicho pacto propone alcanzar el 0,7 % del PIB de los países desarrollados para destinarlo a la lucha contra la pobreza.
Consecuencias del recorte de AOD
La importancia de la AOD en ciertos sectores es clave para cumplir con los ODM, pero la realidad es que no se está ayudando a conseguir algunos de esos objetivos. La erradicación del hambre y enfermedades se ven afectados con los recortes de la AOD española: mediante las aportaciones a instituciones multilaterales que gestionan fondos de seguridad alimentaria o de enfermedades como el sida y la tuberculosis. En este sentido, afecta directamente al primer y sexto Objetivo del Milenio.
Las voces críticas de la cooperación en España no dejan de alertar de las consecuencias que tienen los tijeretazos a la AOD. Además de suponer golpe a la moral solidaria, se están abandonando compromisos adquiridos.
Por primera vez en la historia, el número de personas hambrientas en el mundo ha pasado de 1.000 millones. Una barrera psicológica que, tras el estallido de la crisis, está encadenando subidas en el precio de los alimentos, lo que repercute en que una mayor parte de los ingresos se destinen a la alimentación. Los países del sur, apunta la activista Esther Vivas en un reciente artículo, destinan entre el 50 y 60% de sus ingresos en la compra de alimentos, aumentando el porcentaje en los casos más extremos.
En el 2008, los precios de los alimentos llegaron a los niveles más elevados en tres décadas. Pero a finales del 2010 se rebasaron aquellos registros históricos. Tras aquella crisis de alimentos, el número de personas hambrientas creció en 150 millones de personas, aunque en los dos años siguientes se contrajo en 98 millones, según estima la Organización para la alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO).  Hasta marzo pasado, cuando descendieron, la escalada de precios había acumulado ocho meses consecutivos. Dicha alza de precios ha sido uno de los componentes de las revueltas árabes.
La importancia de la ayuda
Aunque existe un extenso debate acerca de la eficacia de la ayuda, Arantxa Guereña escribe en el informe La realidad de la ayuda del año 2010 que existen ejemplos de cómo muchos países han logrado “enormes avances” gracias a las intervenciones de cooperación internacional. Las actuaciones cuentan con el apoyo de la sociedad civil, que se articula en torno a organizaciones de distinto cariz.
La meta de 2015, que cada vez parece más lejana, sirve a las ONGD como motor de reivindicación. El día de la esperanza es un ejemplo de ello, pero otras agrupaciones tienen sus propios mecanismos. La Iniciativa solidaria por el 0, 77,  o la campaña de la Coordinadora Cántabra de ONG  ¿Quién paga el pato de la crisis? son algunas de ellas.
En noviembre pasado, en el encuentro anual de coordinadoras autonómicas de ONGD, se alertó de que mientras los presupuestos autonómicos caían un 4%, las partidas de AOD lo hacían tres veces más de media.
El Ayuntamiento de Madrid no ha convocado en el 2011 subvenciones de este tipo cuando en 2009 fueron 13 millones de euros; todas las comunidades, a excepción del País Vasco y Castilla La Mancha, han recortado en cooperación. Y algunas de ellas, como Murcia, han destinado un 0,01 % del presupuesto, una reducción del 64 % .
La cooperación es una de las más frágiles partidas presupuestarias. Para concienciar a los ciudadanos del aún exiguo porcentaje que se dedica a combatir la pobreza, la asociación ALBOAN, en el artículo En caída libre tradujo el dinero destinado a cooperación en las comunidades autónomas: 2,4 euros en una nómina de 1.000 euros.
La mayoría de las organizaciones se nutren de fondos públicos, por lo que sus actuaciones se están viendo reducidas de manera considerable. Eso a pesar de que su naturaleza en España de las ONG hace que los despidos no se realicen en tromba debido a que, especialmente las pequeñas, se nutre de voluntarios. Para equilibrar sus carencias presupuestarias y no echar por tierra sus intervenciones en terreno, la salida ha sido recortar en las sedes. Las grandes organizaciones tienen mayor capacidad para generar recursos propios y dependen menos de las subvenciones. Pero el difícil clima económico también merma las aportaciones de los socios. Por esa razón existen voces que piden un aumento al 1% de las aportaciones procedentes de la declaración de la renta, lo que supondría mayores ingresos.
Voluntariado
2011 ha sido nombrado Año europeo del voluntariado. Teniendo en cuenta el papel de éstos en el funcionamiento de la maquinaria solidaria, el homenaje supone “una celebración y un desafío. El mundo estaría mucho peor sin voluntarios”, afirman desde la organización.
En España, el barómetro de marzo del CIS reveló que el 33,5 % de los encuestados opinaban, como primera razón, que el motivo  por el que una persona se hace voluntaria era “sentirse útil” por encima de “ayudar a los demás.  El interés que se presta a esta esfera la refrenda otro dato: el  72 % de los encuestados creen que la labor de voluntario está poco reconocida.
Sin embargo, Intermón Oxfam ha logrado reunir 3.000 personas voluntarias para su campaña contra la crisis. Este fin de semana Vigo, Gijón, Oviedo y Burgos, y el 15 de mayo León, celebrarán su Día de la esperanza. En los actos se volverá a clamar por la justicia y por alternativas, y para que vuelva a salir el sol.

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