sábado, 13 de noviembre de 2010

INTERESANTE MANERA DE TRATAR LAS AGUAS RESIDUALES.

El tratamiento de aguas residuales en los municipios es un aspecto que está resuelto en las grandes ciudades, pero que todavía genera problemas por sus costes a las pequeñas localidades, tanto económicos como medioambientales. Las lombrices de tierra son desde ayer una alternativa para ofrecer una depuración sostenible en los planos económico y ambiental, con la inauguración de la nueva estación depuradora de Alkiza. Este municipio guipuzcoano de 350 habitantes cuenta con la primera planta del País Vasco que utiliza la tecnología Bida, basada en la siembra de lombrices californianas y que ha instalado la empresa donostiarra Bidatek Ingeniería Ambiental.
El diputado general, Markel Olano, junto con el diputado de Medio Ambiente, Carlos Ormazabal y el alcalde de Alkiza, Jon Roteta, inauguraron la nueva depuradora de aguas en presencia de numerosos alcaldes guipuzcoanos, haciendo hincapié en la sostenibilidad que posibilitan las lombrices. La depuración del agua comienza con las bacterias que hay en las capas de filtrantes, que se alimentan de los residuos que lleva el agua. «Los sistemas que utilizaban las bacterias ya existían antes, pero generan lodos que hay que trasladar», indicó Borja Vallina, ingeniero de Bidatek. Los gusanos sembrados se alimentan de la masa bacteriana que hay en ese lodo generando humus, que puede ser utilizado después como abono. Este humus se retira una vez al año, por partes, para que de tiempo a las lombrices a regenerar lo que les falta. Y el agua sale ya limpia, «apta para su vertido al cauce».
Sostenibilidad ambiental
Los pequeños municipios como Alkiza «están muy unidos a su medio ambiente y, por ello, necesitan tecnología que no lo dañe», declaró Vallina. La sostenibilidad es una de las ventajas de esta depuradora, ya que no genera lodos y el consumo eléctrico no es muy elevado, a diferencia de otras plantas donde hay que trasladar los lodos generados y el gasto eléctrico hace inviable el proyecto. Además, «el mantenimiento no necesita ningún técnico, lo puede hacer el operario municipal», añadió Roteta, que marcó en 14 horas al mes las que necesita el responsable de mantenimiento municipal para supervisar el funcionamiento.
La rotación del agua sucia, que se deposita en un estanque antes de ser 'regada' con unos aspersores por la superficie de la cubeta, se realiza de modo continuo. Vallina calcula que se tardan unas 6 horas entre que llega a la estación y sale limpia, dependiendo de los cambios provocados por el tiempo. Además, está previsto que cada día se depure el agua residual generada en esa misma jornada.
La planta ha tenido un presupuesto de 190.000 euros, de los cuales 60.000 los ha aportado la Diputación, dentro del programa Landagipuzkoa 32.
La estación terminó de instalarse en pasado mes de mayo y lleva en funcionamiento desde entonces, «con unos resultados muy buenos», indicó Markel Olano. En Navarra, hay tres depuradoras de este tipo instaladas en tres queserías de Navarra.

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