viernes, 5 de noviembre de 2010

La papelería española se empieza a desmarcar de la deforestación.

Las principales empresas españolas que trabajan con derivados del papel han empezado a vetar a una multinacional acusada de tala indiscriminada
Un informe de Greenpeace activa "el mecanismo de la vergüenza" y provoca movimiento en el sector
FUENTE: PERIODISTOHUMANO/ 05.11.2010 · Juan Luis Sánchez
Un estuche de Don Algodón. Una cajita monísima de Agatha Ruiz de la Prada. El diseño elegante de las muestras de la fragancia de Victorio y Luchino o uno más llamativo para la que patrocina Rosario Flores. Al menos una parte de los envases y envoltorios (packaging, se dice en el sector) que se usan para darle glamour a esos populares perfumes de la compañía Puig están fabricados, a través de la imprenta catalana Grafiques Argent, con papel de Asia Pulp & Paper (APP). Esta multinacional indonesia ha sido acusada repetidamente de ser uno de los principales culpables internacionales de la deforestación incontrolada de los bosques de Indonesia.
Y, sin embargo, algo se mueve. Más de la mitad de las principales empresas papeleras españolas han abandonado a Asian Pulp & Paper en los últimos meses tras las denuncias repetidas de Greenpeace y por la amenaza inminente de verse retratados en un informe que finalmente se ha presentado esta semana.
Incluso algunas compañías que no tienen contacto directo con los proveedores de papel han reaccionado, como es el caso de la propia compañía Puig, que según hemos podido saber se ha puesto en contacto con un organismo de certificación forestal para pedir consejo. Si Puig confirma este movimiento, estaría dando dos pasos adelante desde la perspectiva de la sostenibilidad: uno, renunciar a un proveedor marcado; y dos, no limitarse a cambiar de proveedor sino buscar que cumpla una certificación ecológica
Hay otras grandes empresas que ya han completado este camino. Desde que en el sector se empezara a rumorear que su nombre aparecería en un informe de Greenpeace Internacional, las principales compañías papeleras españolas como Unipapel, Inapa, Comart o Carpapsa han ido tachando a Asia Pulp & Paper de su lista de proveedores. Otras compañías más pequeñas dedicadas a la estuchería, a las cajas de embalaje, a los muestrarios de cartón o al uso de la cartulina también han seguido este camino, como es el caso por ejemplo de Folder, Texidó, Del Saz Packaging o Cartojanes Mora. Hace unos meses, la editorial Susaeta se comprometía a no usar más papel de carboncillo procedente de la deforestación incontrolada de APP, después de que su uso fuera denunciado públicamente por la ONG ecologista.
Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques y Clima de Greenpeace España, nos explica que “aunque todo el mundo sabe que el papel viene de algún sitio donde se produce a muy bajo coste, nadie quiere saber, y si se sabe, de tapadillo, nadie dice nada. En el momento en el que se denuncia, la mayoría dice ‘ay, pues no sabía’, y se activa el mecanismo de la vergüenza”. Aún así, Soto celebra el gesto y reconoce el mérito que tienen las empresas pequeñas: “para un grupo grande es menos complicado cancelar el contrato con un proveedor, porque además tienen muchos; para los pequeños es un proceso más lento.
Soto también confirma que “hay algunas que no se bajan del burro”, que hay empresas que por ahora no han dado indicios de que vayan a renunciar al papel que usan, provenga de donde provenga. Es el caso de Tradipacart, Quevedo Distribución Ibérica, Papelera del Mediterráneo, Fabrisa u Original Paper, entre otras, que “siguen siendo cómplices de la destrucción”, según los informes de Greenpeace.
Los investigadores de la ONG han desarrollado su trabajo en dos áreas forestales importantes en la isla de Sumatra, donde ha descubierto que Asia Pulp & Paper está causando “un verdadero desastre ambiental”, según la organización. “Esta empresa papelera está talando bosques tropicales en el área de Bukit Tigapuluh”, se dice, uno de los últimos refugios de especies en peligro de extinción como el tigre de Sumatra. También, Greenpeace ha documentado la destrucción de los bosques de turbera en Kerumutan, ecosistemas que por almacenar grandes cantidades de carbono son claves para la lucha contra el cambio climático.
APP pertenece al grupo Sinar Mas, que también es proveedor de aceite de palma extraído en condiciones que ponen en peligro la biodiversidad de Indonesia. Una agresiva campaña de Greenpeace a principios de 2010 consiguió que Nestlé, cliente de Sinar Mas, dejara de usar sus productos para la producción de chocolatinas.

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