viernes, 16 de septiembre de 2011

TODAVÍA RESOPLA EL 11-S

11-S, el periodismo que tecleó la verdad
Los reportajes sobre los atentados que ganaron el Premio Pulitzer

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Fuente: El Cultural

Los atentados del 11 de septiembre sumieron a los Estados Unidos en un trauma nacional. El país quedó envuelto en una burbuja de miedo y paranoia. La seguridad nacional se impuso por encima de todo. Fue la reacción lógica de unas autoridades en estado de shock. En esas circunstancias era muy difícil ser periodista. Poner en tela de juicio determinadas verdades oficiales era un riesgo que podía acarrear inciertas represalias. Así, informar con seriedad y rigor quedó para los valientes.

Los reportajes de los que teclearon entonces en sus ordenadores verdades incómodas pero necesarias han sido compilados ahora por la editorial Errata Naturae, en el libro
Nueva York, 8:45 A.M (el título remite a la hora exacta en que el primer avión secuestrado impactó en la torre norte del World Trade Center). Todos esos textos fueron ungidos con el prestigioso Premio Pulitzer. "Son reportajes que se enfrentaron a un clima de bipolaridad. En Estados Unidos, después del brutal ataque, se estableció la dicotomía inapelable del estás conmigo o contra mí", explica Rubén Hernández, responsable de la editorial. "O estabas con los patriotas, sin pronunciar la más mínima crítica a las medidas adoptadas para luchar contra el terrorismo, o estabas con los islamistas radicales".

Poner en cuestión Guantánamo o que la policía irrumpieran en tú móvil o en el buzón de tu correo electrónico sin autorización judicial te colocaba, pues, del lado de los segundos. También la administración Bush se sentía muy incómoda por la fisura que la descoordinación de los cuerpos de seguridad del Estado brindó a los terroristas. Por ese resquicio se colaron e infligieron su sanguinario zarpazo. El error salió a relucir en las páginas del
Wall Street Journal, el Washington Post y el The New York Times, los tres medios que más elevada mantuvieron la dignidad del periodismo en aquellos tiempos difíciles para el oficio. Nueva York, 8:45 A.M recoge incluso reportajes previos a los atentados en los que se detalla la actividad de instrucción de terroristas en Afganistán y sus objetivos criminales. "Es curioso que esa información estuviera en la prensa ya antes de los atentados. Si estaba en la prensa es porque también la tenía la CIA y el Pentágono pero no supieron valorar la amenaza y tampoco consiguieron compartir sus informes para ser más eficaces en tenerla bajo control", cuenta Hernández.

El libro viene encabezado con un prólogo de Ana Pastor. En opinión de la periodista de Televisión Española, el atentado islamista contra los Estados Unidos fue un parto del siglo XXI "sin anestesia". También advierte que la herida ha empezado a "cicatrizar" con el asesinato de Bin Laden a manos de un grupo de élite del ejército estadounidense (los Shields), cuando Obama proclamó en televisión: "No estamos, ni estaremos en guerra contra el Islam"; y "Al Qaeda ha asesinado a miles de musulmanes de todo el mundo".

Pero los miles de norteamericanos que se arrojaron a la calle a celebrarlo, casi como si estuvieran dando la bienvenida al año nuevo, colocaron al resto del mundo ante un punzante dilema moral. Es otro de los temas que se recogen, a modo de epílogo, en
Nueva York, 8:45 A.M. Un reportaje analiza los resortes psíquicos y sociológicos que movieron a esa gente a festejar colectivamente un asesinato. "Es que muchos de ellos tienen familiares y amigos que murieron el 11 de septiembre o en las guerras que los atentados originaron". ¿Realmente han cicatrizado las heridas?

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