martes, 20 de septiembre de 2011

MSF EN LA CRISIS DE SOMALIA.

Hay niños con las piernas tan delgadas que ni siquiera pueden tenerse en pie»
Xavi Casero partió hacia Somalia hace dos semanas. Respondía así a la llamada de Médicos Sin Fronteras (MSF), que le pidió a este pediatra valenciano que trabaja en el Hospital Clínico de Valencia, que viajara al cuerno de África para luchar contra la grave crisis humanitaria que asola la zona.
FUENTE: Á. SERRANO VALENCIA . Levante.
­Una manera de vivir la vida. Así explica el doctor Xavi Casero su colaboración con MSF, organización con la que trabaja desde hace ocho años. Este pediatra lo tenía claro desde que entró a estudiar Medicina, y ahora no ha dudado en viajar de nuevo a Etiopía para trabajar en el campo de refugiados de Liben, adonde llegan cada día centenares de somalíes que huyen de la sequía que asuela sus tierras. Desde ahí, Casero ha respondido a las preguntas de Levante-EMV.

¿Cómo ha sido esta primera toma de contacto? Ya había estado antes sobre el terreno, pero ¿ha notado algo distinto esta vez?
La primera vez fue en el año 2002. También fue una emergencia nutricional, de refugiados somalíes huyendo hacia Kenia y Etiopía. Trabajé como médico en un centro nutricional. En ese sentido la misión es similar, porque la desnutrición es el principal problema. Sin embargo las dimensiones de la catástrofe son incomparables. Por desgracia, este año es mucho peor. El número de refugiados desnutridos y sin acceso a la salud se cuenta por decenas de miles.

¿Cómo es un día a día en el campamento de Liben, en el que se encuentra?
Nos levantamos a las seis. Como esta vez estoy en formación, por las mañanas impartimos clases en el campamento donde vivimos. Por las tardes vamos a los campos de refugiados donde realizamos formación en el puesto mismo de trabajo. Las noches quedan para realizar informes y preparar las formaciones de los siguientes días.

¿Cuántos trabajadores de MSF están en el terreno?
Expatriados debemos de ser unos 50, aunque el número varía mucho de un día a otro, porque hay gente constantemente saliendo y entrando. Principalmente somos españoles. Vivimos junto al personal local etíope contratado por MSF, unas 700 personas, en una especie de supercampamento en mitad del desierto, en unas condiciones de vida un poco límites.

¿Es tan acuciante la situación como lo parece desde España?
Creo, sinceramente, que los medios de comunicación no reflejan la realidad tal como es. La situación es de catástrofe humanitaria, gravísima. Las cifras asustan: nunca habíamos visto una mortalidad infantil tan elevada. Actualmente, y gracias al trabajo de MSF y otras agencias, la mortalidad ha disminuido. Sin embargo cada día mueren decenas de niños de hambre.

Incluso la población a la que atendemos es demasiada en ocasiones, y nos desborda desde el punto de vista humano y desde el operativo. El esfuerzo de los expatriados y del personal local es grandísimo, y aunque la situación ahora mismo se ha estabilizado, continúa siendo denigrante e intolerable desde el punto de vista humano. En pleno 2011, me sigue resultando inaceptable y frustrante el seguir viendo morir niños de hambre. Niños de piel y huesos... Niños de cuatro o cinco años que no llegan a ocho kilos, lo que en España pesa un niño de un año.
Vemos espisodios dantescos, niños extremadamente delgados que no pueden tenerse en pie. Muchos ni son capaces de llegar a nuestros centros nutricionales, otros muchos fallecen en cuanto llegan. No se puede aceptar esta situación. No hay explicación lógica que permita esto.

¿Quién está fallando en Somalia: las autoridades locales, las internacionales...?
No tengo respuesta a esta pregunta desde mi posición de médico que trabaja para una organización humanitaria. Humildemente creo que el problema no es sólo de los países afectados sino también del sistema internacional de ayuda humanitaria: las ayudas son del todo insuficientes y se destina poco dinero a la ayuda internacional. Además, el que se destina no se organiza ni se coordina de manera totalmente eficiente.

¿Cuáles son los mayores problemas que dificultan su labor?
El principal problema que están teniendo MSF y otras ONGs son las dificultades burocráticas para hacer llegar nuestro personal y el material necesario para nuestras intervenciones. Otro problema añadido es la situación geográfica donde nos encontramos, rodeados de desierto y adonde es muy difícil hacer llegar medicamentos, alimentos. Sólo se puede llegar por tierra, por caminos intransitables; se tardan unos tres días en llegar desde la capital, Addis. Otra dificultad es la coordinación con otras agencias y ONGs para poder distribuirse de manera eficiente todo el trabajo que hay que realizar.

¿Qué lleva a un valenciano a liarse la manta a la cabeza e irse a Somalia?
Digamos que forma parte del modo de entender mi vida. Desde hace ya más de ocho años que trabajo con MSF-España. He colaborado en diferentes misiones en África subsahariana. En esta ocasión me propusieron la misión de Somalia y acepté rápidamente. Creo que los que tenemos el privilegio de vivir en Europa tenemos la responsabilidad de ayudar a aquellos que más lo necesitan.

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