viernes, 27 de enero de 2012

LA OTAN NO VUELVE A LIBIA A PESAR DEL DESMADRE

La OTAN descarta volver a Libia a pesar de la caída de Bani Wallid porque la "misión ha terminado".

Agencias para Diario Siglo XXI.

 Médicos Sin Fronteras y Amnistía Internacional denuncian las torturas y muertes de detenidos leales a Gadafi(OTR/PRESS)
Los combates en Libia comenzaron con manifestaciones contra el Gobierno en febrero del año pasado y se convirtieron en una guerra civil en todo el país. Tras el derrocamiento del líder libio Muamar Gadafi, el país ha vivido bajo una distorsión de la estructura sociopolítica y, ahora, trata de superar una situación de violencia que parece que nunca termina. Y es que combatientes afines al antiguo régimen han logrado hacerse con el control de la localidad de Bani Walid, una de las últimas en caer bajo el poder de los rebeldes antigadafistas. Por su parte, la OTAN ha descartado volver a Libia porque la "misión ha terminado" y lo hicieron "con éxito".

Libia sigue sumida en una situación de caos. Tras la derrota del régimen de Gadafi, que derivó en un enfrentamiento armado, se confirmó que las medidas tomadas por el gobierno libio para recuperar el control del país atentaban contra los derechos civiles y la seguridad de la población civil.

La OTAN llevó a cabo una misión bajo el mandato de la ONU y con un fuerte apoyo de países de la región como Qatar y Emiratos Árabes Unidos para proteger a la población civil de los ataques del entonces Gobierno de Libia.

Pasado un año del conflicto libio, la situación de violencia parece no finalizar. El pasado martes un levantamiento armado protagonizado por la población local se hizo con el control de la ciudad de Bani Walid, un antiguo bastión de Gadafistas, lo que puso de manifiesto el poder de las tribus locales y la debilidad del Consejo Nacional de Transición (CNT) para controlar algunos enclaves.

La violencia aparentemente se desató después de que miembros de la milicia 28 de Mayo, afín al CNT, arrestasen a algunos gadafistas, lo que generó ataques de represalia contra las instalaciones del grupo armado. Algunas voces de Bani Walid dijeron el lunes ser testigos de cómo simpatizantes de Gadafi atacaban los cuarteles de la milicia progubernamental y les obligaban a retirarse.

Tras este altercado, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha dejado claro este jueves que la Alianza no tiene intención de regresar.

"Terminamos la operación el 31 de octubre del año pasado. Evaluamos claramente que habíamos hecho nuestro trabajo y que lo hicimos con éxito. Por este motivo, no tenemos ninguna intención de volver. Nuestra misión ha terminado", ha zanjado el danés en su primera rueda de prensa de este año.

Rasmussen ha defendido que los aliados llevaron a cabo una misión con "elevada eficacia" bajo el mandato de la ONU y con "un fuerte apoyo político y operativo" de países de la región como Qatar y Emiratos Árabes Unidos para "proteger a la población civil de los ataques del entonces Gobierno" de Muamar Gadafi en Libia. "Llevamos a cabo nuestra operación con mucho éxito. Protegimos a la población civil y salvamos miles de vidas", ha recalcado.
ALGUNAS PERSONAS DETENIDAS ESTÁN SIENDO TORTURADAS
La situación dramática que vive este país sigue en aumento y sin ganas de cesar. Este jueves Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que algunas personas detenidas en Misrata, en el noroeste de Libia, están siendo torturadas y además se les niega el derecho a recibir atención médica urgente, por lo que esta ONG ha decidido suspender sus actividades en los centros de detención de esa ciudad.

MSF empezó a trabajar el pasado agosto en esos centros, donde ha estado atendiendo a personas que resultaron heridas en la guerra civil. Pero los médicos estaban viendo cada vez más casos de pacientes que presentaban heridas a causa de "las torturas sufridas durante interrogatorios", ha indicado en un comunicado.

Según la organización, estos interrogatorios se hacían fuera de los centros de detención. MSF informó a las autoridades de Misrata en los 115 casos en los que trató a personas con ese tipo de heridas, pero desde enero, varios de los pacientes que volvieron a ingresar en centros de detención fueron torturados de nuevo.

El director general de MSF, Christopher Stokes, ha afirmado que "algunos responsables han tratado de aprovecharse y obstruir la labor médica" de la ONG.

Por su parte, MSF envió una carta al Consejo Militar y al Comité de Seguridad de Misrata, al Consejo Cívico Local y al Servicio de Seguridad del Ejército Nacional el pasado 9 de enero para reclamar que se dejase de maltratar a los detenidos.

"Pero no se ha emprendido ninguna acción concreta" y, además, "nuestro equipo recibió cuatro nuevos casos de tortura", ha indicado Stokes. "Por eso hemos tomado la decisión de suspender nuestras actividades médicas en los centros de detención", ha agregado.

No sólo Médicos Sin Fronteras ha denunciado la tortura de personas detenidas, la ONG Amnistía Internacional se ha unido a estas acusaciones recalcando que varias personas han muerto en los últimos meses tras haber sido detenidas y torturadas por supuestamente ser simpatizantes del exlíder libio.

Durante las últimas semanas, la organización se ha reunido con detenidos en Misrata y Trípoli los cuales tenían marcas de torturas. "Después de todas las promesas de que (el Gobierno de transición) se harían con el control de los centros de detención, es horrible descubrir que no se han producido avances para detener el uso de la tortura", ha denunciado Donatella Rovera, asesora para Amnistía.

"Aunque muchos detenidos nos han contado que han sido torturados, algunos tienen demasiado miedo para hablar, ya que temen que si hablan se les torturará mas, y simplemente nos han ensañado sus heridas", ha añadido.

Los detenidos denunciaron que tuvieron que colocarse en posturas dolorosas, fueron golpeados con cables y palos de madera y de plástico y se les aplicaron descargas eléctricas. Algunos informes médicos a los que ha tenido acceso Amnistía confirman que algunos detenidos fueron torturados y que varios murieron en las prisiones.

La mayor parte de los detenidos son libios que supuestamente fueron leales a Gadafi, aunque también hay inmigrantes subsaharianos que han sido detenidos por haber sido milicianos para el anterior régimen.

Los detenidos no han tenido acceso a abogados. En algunos casos, confesaron crímenes que no habían cometido para evitar ser torturados, según la organización. En Misrata, los detenidos permanecen en el centro de la Seguridad Militar Nacionales y en cuarteles de las milicias armadas.

Asimismo, el Gobierno interino libio ha asegurado que "ni el Gobierno, ni el Consejo Nacional de Transición (CNT), ni ningún grupo libio apoya estos actos", y ha asegurado que se trata de "actos individuales" y que las autoridades "se lo tomarán muy enserio".

Finalmente, un responsable del Gobierno libio ha asegurado a la agencia Reuters que el Ejecutivo presta atención a todos los informes creíbles sobre abusos en el país. "No hay ninguna duda de que existen estos actos de violación de los Derechos Humanos pero estos tienen que ver con la mentalidad de la gente que está a cargo de estas prisiones", ha defendido.


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