sábado, 21 de enero de 2012

SITUACIÓN EN EL CUERNO DE ÁFRICA.

Olvido letal en el Cuerno de África.
Un informe de dos ONG achaca la muerte de más de 50.000 personas en 2011 a la tardía respuesta internacional a la hambruna en Somalia
JOSÉ MIGUEL CALATAYUD - Nairobi


Más de 50.000. Ese es el número de vidas que se podrían haber salvado si la comunidad internacional hubiera reaccionado a tiempo ante la crisis humanitaria del Cuerno de África, según un informe publicado ayer por las ONG Intermón Oxfam y Save the Children.

Hace seis meses, la ONU declaró que había hambruna en Somalia, la primera del siglo XXI. Entonces se puso en marcha la maquinaria internacional de ayuda de emergencia. Pero ya era demasiado tarde. El informe Un retraso peligroso denuncia que entre abril y agosto de 2011 murieron a causa del hambre entre 50.000 y 100.000 personas, más de la mitad niños menores de 5 años. Y esto a pesar de que la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió de la probabilidad de una hambruna en agosto de 2010.
En total, más de 13 millones de personas en Somalia, Kenia y Etiopía siguen afectadas por la catástrofe humanitaria y aún hay cientos de miles en riesgo de sufrir malnutrición, cuyas consecuencias se dejan sentir durante generaciones.
Desencadenada por la mayor sequía en la región en 60 años, pero también por la continua guerra en Somalia, el mal gobierno y el alza del precio de los alimentos, la crisis provocó la pérdida de cosechas y la muerte de miles de cabezas de ganado y condenó a millones de personas a la miseria.
"Sabemos que la acción temprana salva vidas, pero el miedo al riesgo ha hecho que las organizaciones de ayuda se resistieran a gastar dinero hasta estar seguras de que en efecto se estaba produciendo una crisis", aseguró ayer Ariane Arpa, directora general de Intermón Oxfam. El informe pide a Gobiernos, donantes, Naciones Unidas y las propias ONG que no esperen a reaccionar cuando ya existe la crisis para salvar cientos de miles de vidas y prevenir que generaciones enteras acaben dependiendo de la ayuda internacional para sobrevivir.
¿Se ha aprendido la lección o se va a repetir la misma situación? En la región del Sahel, en el África occidental, la hambruna amenaza actualmente a millones de personas. En Níger, las familias que viven en las áreas más afectadas ya cuentan con menos comida, dinero y combustible de lo necesario para sobrevivir, según un estudio realizado por Save the Children.
Pero parece que esta vez sí se está reaccionando a tiempo. El presidente de Níger, Mahamadou Issoufou, declaró ayer que "la Unión Europea ha tomado medidas urgentes que han permitido reconstituir las reservas de cereales". Está previsto que la UE destine una ayuda de 200 millones de euros para combatir el hambre en este país, Chad, Mauritania, Malí y Burkina Faso.
Las perspectivas son aún peores para Sudán del Sur. "Si no se produce una entrega sustancial de ayuda para marzo, Kordofán del Sur y Nilo Azul [dos regiones sudanesas] estarán a un paso de sufrir una hambruna a gran escala", advirtió el martes la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Susan Rice.
Ambas regiones son escenario de enfrentamientos armados entre el Gobierno de Sudán y grupos rebeldes. Rice denunció que el régimen de Jartum no permite la entrada de personal humanitario en estas zonas. Queda pendiente saber cómo reaccionará la comunidad internacional ante el riesgo de que una nueva hambruna en África condene otra vez a muerte a decenas de miles de personas.

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