jueves, 26 de abril de 2012

25 de abril: Día Mundial de la Malaria

FUENTE: ELMERCURIODIGITAL
Con motivo del Día Mundial del Paludismo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha abierto la convocatoria de la cuarta edición del premio Campeón contra el Paludismo de las Américas. Este galardón distingue proyectos para erradicar la malaria en la región. La doctora María Paz Ade, experta del proyecto de la malaria de la OPS, explicó que si bien la enfermedad sigue estando presente en la región, y en especial en la cuenca amazónica, ha disminuido en un 40% gracias a programas de detección, tratamiento y seguimiento.
MSF: La malaria, una de las principales causas de mortalidad en República Centroafricana



En el Día Mundial de la Malaria, Médicos Sin Fronteras (MSF) alerta del aumento generalizado de casos de esta enfermedad en el país africano. La organización apela a una respuesta urgente por parte del Gobierno congoleño y de otras agencias de salud nacionales e internacionales.

El aumento de casos de malaria en República Democrática del Congo (RDC) está desbordando la capacidad de prevención y tratamiento del sistema de salud nacional. En los centros de salud y hospitales gestionados por MSF, la organización así lo ha constatado. Las cifras de pacientes de malaria tratados por los equipos de MSF en seis provincias del este del país se han incrementado en un 250% desde 2009, y de forma más acentuada en los últimos meses.

Esta progresión es especialmente alarmante debido al elevado número de pacientes con malaria severa que necesitan ser hospitalizados y sometidos a trasfusiones urgentes de sangre a causa de la anemia que provoca la enfermedad. MSF no tiene suficiente capacidad para responder por sí sola a una crisis de esta magnitud en todas las zonas afectadas.

“La capacidad de tratamiento fuera de las ciudades es muy reducida, ya que muchas veces no hay medicamentos disponibles y los pacientes se encuentran en áreas de difícil acceso”, explica el Dr. Jorgen Stassijns, especialista en malaria de MSF. “En algunas zonas de Congo, la atención médica es inexistente e incluso cuando hay medicamentos, suelen ser inadecuados u obsoletos”.

En respuesta a este repunte de la malaria, MSF ha desplegado equipos de emergencia adicionales en cuatro provincias de RDC (casi la mitad del territorio del país). En 2009, los equipos de la organización trataron a más de 45.000 pacientes con malaria, mientras que en 2011 fueron 158.000. En lo que va de año 2012, ya han sido atendidas 85.000 personas con esta enfermedad.

Aunque se desconocen las causas exactas de este aumento, lo que está claro es que recae sobre un sistema de salud nacional con graves carencias a todos los niveles: faltan medicamentos adecuados, suministros médicos y suficiente personal formado, y los sistemas de prevención y gestión de casos son deficientes. MSF está llevando a cabo investigaciones sobre el terreno para dilucidar las posibles causas de la crisis.

En las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, y más recientemente en el norte de la provincia de Katanga, la constante inseguridad y la reanudación de los enfrentamientos armados impiden el acceso de la población a la atención médica. En las provincias de Maniema, Oriental, Ecuador y Katanga, la escasa presencia de otros proveedores de salud y un sistema nacional al límite de su capacidad dificultan mucho el acceso de las personas que viven en zonas endémicas a servicios de prevención y tratamiento de la malaria.

Aunque la intervención de emergencia de MSF está salvando vidas a corto plazo, es necesario que otras organizaciones médicas nacionales e internacionales, incluido el Ministerio de Salud congoleño, aumenten sus esfuerzos para adoptar medidas rápidas y sostenibles de prevención y tratamiento de la malaria en RDC.

En 2011, MSF trató a más de un millón de pacientes de malaria en todo el mundo. El 86% de los casos se dan en niños menores de 5 años y solo en 2011 se produjeron 655.000 muertes a causa de esta enfermedad. Cada año, unos ocho millones de casos de malaria simple se convierten en malaria severa, que puede afectar a órganos vitales como el cerebro, los pulmones, los riñones o los vasos sanguíneos. Esta infección parasitaria es la principal causa de enfermedad en RDC y una de las principales causas de mortalidad infantil en el país.



La malaria es una enfermedad endémica en República Centroafricana (RCA), lo que significa que gran parte de su población la contrae por lo menos una vez al año. La enfermedad es el principal problema nacional de salud pública y la primera causa de mortalidad infantil. Una situación que se agrava con la inestabilidad en el norte del país. Este año, los equipos de MSF han observado un importante aumento de casos de malaria severa en la región de Kabo y Batangafo tras la violencia que asoló esta zona.
La malaria o paludismo es con creces la primera causa de morbilidad constatada en las estructuras de salud de Médicos Sin Fronteras (MSF) en RCA. En 2011, los equipos de la organización trataron a más de 212.000 personas con esta enfermedad. El paludismo también es responsable de un gran número de muertes: en los hospitales, es la primera causa de mortalidad entre los pacientes ingresados.

Un pequeño número de los casos reales se declaran y tratan. Por este motivo el principal desafío es ampliar el acceso a diagnóstico y tratamiento, mediante la descentralización de la atención hacia los centros de salud primaria y los trabajadores médicos comunitarios, y a través de la disponibilidad regular de terapias combinadas con artemisinina (TCA) y de pruebas rápidas de diagnóstico en los centros y puestos de salud.

El país ha implementado una política de gratuidad del tratamiento de la malaria para niños menores de 5 años, pero el sistema no funciona a causa de la escasez de medicamentos esenciales, los problemas logísticos y las medidas disuasorias. Así pues, el acceso gratuito a la atención y tratamiento del paludismo está lejos de ser una realidad.

El alcance y la eficacia de los programas de distribución de mosquiteras a largo plazo también deben mejorar: aunque se ha distribuido un gran número de mosquiteras estos últimos años, esto no parece haber reducido la transmisión de la enfermedad de forma significativa.

Las estrategias para combatir la enfermedad son tanto más difíciles de poner en práctica por el hecho de que una parte del país siga siendo escenario de enfrentamientos armados. Jeff Mutombo, coordinador médico de MSF en República Centroafricana, nos habla de las consecuencias de esta inestabilidad.

Nuestros equipos en Kabo y en Batangafo han observado un aumento importante de los casos de paludismo este año. ¿Podrías explicarnos cómo contribuye a ello el conflicto en esta región del norte del país?

El conflicto en esta región comporta desplazamientos de población cuyas aldeas han quedado reducidas a cenizas y han sido objeto de repetidos saqueos. En torno a nuestros proyectos de Kabo y Batangafo a día de hoy hay unas 12.000 personas desplazadas. Estas poblaciones no tienen cobijo y se encuentran sin ningún medio de protección contra la picadura de los mosquitos, lo que explica el aumento de casos de paludismo.

¿Tienen estas poblaciones acceso a diagnóstico y tratamiento de la malaria?

Cuando estalla la violencia, la población, que teme la inseguridad en las carreteras, suele esconderse en el monte antes de buscar refugio en una aldea. Durante el tiempo que estas personas permanecen escondidas, el acceso a servicios de salud es difícil. Una vez se han instalado en una aldea, generalmente tienen acceso a diagnóstico y tratamiento en nuestras estructuras de salud (puesto de salud u hospital) de la región. Cuando las condiciones de seguridad lo permiten, nuestros equipos organizan también clínicas móviles para llegar hasta las poblaciones en zonas aisladas.

¿Disponen de medios de prevención como mosquiteras para protegerse?

La violencia casi siempre va acompañada de saqueos durante los cuales aldeas y campamentos quedan reducidos a cenizas, y sus habitantes pierden todos sus bienes, incluidas las mosquiteras.

En el hospital de MSF se observa un aumento de las formas severas de paludismo. ¿Se debe al conflicto y a la falta de acceso a servicios de salud?

Sí, efectivamente. Al no estar protegida y tras haber pasado muchos días en el bosque, esta población llega al hospital con formas severas de malaria. Esto explica el retraso entre el inicio de la infección y el momento en que acuden a la consulta, ya que no pueden desplazarse fácilmente debido a la inseguridad en las carreteras.

¿Cómo responde Médicos Sin Fronteras?

MSF sigue ofreciendo asistencia en sus diferentes estructuras de salud y también a través de clínicas móviles. Nos apoyamos también en agentes de salud comunitarios que sensibilizan a las comunidades y nos refieren los casos sospechosos de malaria. Para las poblaciones desplazadas, cuando la situación de seguridad lo permite, hacemos distribuciones de artículos de primera necesidad entre los que se incluyen mosquiteras.
                                                                                                           

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