viernes, 27 de abril de 2012

En recuerdo de monseñor Gerardi

Conmemoran 14 aniversario del asesinato de monseñor Gerardi
Este jueves se cumplen 14 años del asesinato del obispo Juan Gerardi, quien dos días antes de morir presentó el informe Guatemala: Nunca más, que revelaba las graves violaciones a los
FUENTE:SIGLO21.COM.GT
El amanecer del 27 de abril de 1998 trajo la noticia con un escalofriante titular: El obispo Juan José Gerardi fue brutalmente asesinado. El religioso fue un férreo defensor de los Derechos Humanos.
Este día, organizaciones de derechos humanos y sociales recuerdan el asesinato del sacerdote con diversas actividades, entre ellas visita a la cripta en la Catedral Metropolitana, una misa y una marcha conmemorativa. A continuación se presenta una breve reseña de su vida.
Juan José Gerardi Conedera, descendiente de italianos, hijo de Manuel Gerardi y Laura Conedera, nació en la ciudad de Guatemala en la 3a. calle y 17 avenida de la zona central, donde se observa aún una antigua casa de esquina, el 27 de diciembre de 1922.
En diciembre de 1946 fue ordenado sacerdote y sirvió en varias áreas rurales de Guatemala, como Jalapa, San Pedro Sacatepéquez y Palencia, así como en la región de la ciudad capital.
En 1967 fue electo obispo de la diócesis de Verapaz, lugar marcado por la pobreza y la exclusión social de los indígenas, y residía en la ciudad de Cobán, la tercera más grande del país.
En los primeros años de la década 1980, Quiché vio índices de violencia acentuados en la beligerancia entre el Ejército de Guatemala y varios grupos armados de la subversión, y se registraron crímenes masivos que incluso se determinarían en años posteriores como genocidio.
Sería durante el episcopado en Quiché cuando el clérigo recibiría múltiples amenazas de muerte y atentados contra su vida. Ante la gravedad de las amenazas y los asesinatos de sacerdotes en la zona, decidió trasladarse a la ciudad de Guatemala, llegándose a considerar la clausura temporal de la diócesis.
En 1980, monseñor Juan Gerardi fue llamado al Vaticano para asistir a un sínodo. A su regreso, se le prohíbe el ingreso al país, por lo que viaja a San Salvador, en donde no halló asilo, y finalmente a Costa Rica, desde donde, exiliado, siguió siendo el Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala.
Al ser depuesto por un golpe de Estado el dictador militar Romeo Lucas García en 1982, Gerardi pudo regresar a Guatemala.
El 28 de agosto de 1984 se le nombró obispo auxiliar de la arquidiócesis de Guatemala y párroco de San Sebastián en la ciudad de Guatemala.
En 1988, la Conferencia Episcopal de Guatemala nombró a monseñor Rodolfo Quezada Toruño y al obispo Juan Gerardi para participar en la Comisión Nacional de Reconciliación.
Ello llevaría a la creación de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHAG), para ocuparse de las víctimas de la violencia de Estado y cualquier violación a los Derechos Humanos.
Como consecuencia, Gerardi inició el proyecto interdiocesano REMHI (Recuperación de la Memoria Histórica), que dirigió personal y comprometidamente, con intención de registrar por medio de testimonios y documentación la historia reciente de Guatemala.
El día 24 de abril de 1998, el proyecto REMHI fue presentado, intitulado Guatemala: Nunca más, en cuatro tomos. Gerardi declaró: "El trabajo de búsqueda de la verdad no termina aquí”.
En el reporte retrospectivo se presentaron miles de testimonios recogidos en todo el país, que fueron relatando cuarenta años de memoria de represión. Indicó que en el 90% de los crímenes la responsabilidad era del Ejército o de bandas paramilitares que se relacionaban con él.
Dos días después de la publicación del informe, el 26 de abril de 1998, el obispo Gerardi fue salvajemente asesinado a golpes en el garaje de la casa parroquial de San Sebastián, en la ciudad de Guatemala.
Los criminales usaron aparentemente un bloque de concreto para destrozarle el cráneo, desfigurándole al punto de que el rostro del obispo quedó irreconocible y la identificación se logró sólo por medio del anillo episcopal en su mano.
Su cuerpo fue descubierto tendido en el garaje por el sacerdote Mario Orantes, quien compartía la parroquia con el obispo y quien, sospechosamente, demoró horas en dar aviso del asesinato a la fuerza pública, asegurando no haber oído nada fuera de lo común esa noche.
El 8 de junio de 2001, el poder judicial estableció la existencia del delito de ejecución extrajudicial en la persona de Juan Gerardi y responsabilizó, en calidad de autores mediatos, al coronel Byron Lima Estrada, al capitán Byron Lima Oliva y al ex especialista del Ejército Obdulio Villanueva y, en calidad de cómplice, al sacerdote Mario Orantes Nájera.
El fallo judicial dejó abierto el curso para procesar penalmente a los miembros de la cúpula de poder del Estado Mayor Presidencial activa en abril de 1998.
Los fiscales y jueces sufrieron serias amenazas y aún, varios de ellos debieron exiliarse. Asimismo, los testigos fueron presionados, y hubo atentados en contra de la mayoría de ellos.
Sería determinante el testimonio de Rubén Chanax Sontay, un ex agente militar que afirmó haber sido informante de los servicios de inteligencia del Ejército de Guatemala y cuya formación militar podía ser comprobada en fichajes militares.
El escritor estadounidense Francisco Goldman publicó en el año 2008 el libro The art of political murder acerca de la muerte del obispo Gerardi, que ha sido considerado, entre los varios textos escritos, uno de los más rigurosamente fundamentados sobre el asesinato.
El caso continúa abierto en la fiscalía guatemalteca. También el escritor hondureño/salvadoreño Horacio Castellanos Moya se ha referido a la muerte de Gerardi hacia el final de su novela Insensatez, aparecida en el año 2004.

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