viernes, 20 de abril de 2012

Sudán

El presidente de Médicos sin Fronteras, José Antonio Bastos, alerta sobre el aumento de las hostilidades en la frontera
FUENTE: GERARDO ELORRIAGA | BILBAO./elcorreo.com
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Los habitantes de la región fronteriza entre Sudán y Sudán del Sur sufren una situación de enfrentamiento a gran escala. José Antonio Bastos, presidente de Médicos sin Fronteras (MSF), alertó ayer, durante una visita a la sede de la organización en Bilbao, sobre la reciente aparición de heridos civiles al reanudarse las hostilidades entre los dos países africanos. «Tenemos que atender ya a las víctimas de los bombardeos aéreos que lleva a cabo el Ejército del norte», explicó Bastos.
MSF desplaza clínicas móviles para auxiliar a los pacientes que residen en áreas de difícil acceso. El aviso lanzado ayer por Bastos responde a la apertura de un nuevo frente en Mairem, en la provincia de Kordofán del Sur, que se disputan Sudán y Sudán del Sur. Y también al anuncio por Omar el-Bashir, presidente sudanés, de que pretende «liberar» a la población de la nueva república meridional.
La escalada bélica se ha producido a raíz de la invasión por tropas sursudanesas del centro petrolífero de Heglig, adjudicado al norte en el reparto que condujo a la división de Sudán. Los combates se han extendido, y la crisis se encuentra cerca de convertirse en una guerra abierta como la que sufrió el país durante veinte años, antes de que llegara el acuerdo de paz y la autodeterminación de la zona meridional. La situación resulta explosiva porque El-Bashir ha amenazado con desatar una contraofensiva que solo puede acabar con la toma de Juba, la capital del nuevo Estado, oficialmente considerado enemigo.
La agresión fronteriza se suma a un escenario de fragilidad alimentaria y violencia social. José Antonio Bastos se refirió ayer a los conflictos intertribales que desgarran el interior de Sudán del Sur y que han degenerado ya en varias masacres durante los pasados meses. «Siempre se habían producido altercados por el control de pastos y fuentes entre las comunidades pastoriles, y existe una tradición de robo de ganado; pero ahora los problemas se han agudizado por el deterioro de la economía y la proliferación de armamento sofisticado, producto de la guerra de liberación».
Hambruna en ciernes
La crisis tiene lugar, además, en una región enormemente compleja domo el Sahel, afectada por una hambruna en ciernes de grandes proporciones. MSF ha recordado la necesidad de atender a un millón de niños en una situación de desnutrición aguda severa, lo que supondría duplicar la capacidad de tratamiento hoy existente.
Además, este reto se complica por el deterioro de la seguridad en el norte de Malí, Mauritania, Níger y este del Chad, la inminencia de la estación de lluvias o el abandono que sufre la República Centroafricana, afectada por los conflictos en los países vecinos. Médicos sin Fronteras reclama una actuación a corto plazo, pero también demanda la aplicación de medidas estructurales para erradicar males endémicos de la zona, como la desnutrición.

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