jueves, 16 de febrero de 2012

Estudiantes de la UNAM encuentran biosolución para degradar colillas de cigarro

FUENTE: EL PUNTO CRÍTICO/ Diego Rivero Corona

Las colillas de cigarro son residuos omnipresentes en ciudades y lugares naturales concurridos. Por su discreto tamaño y apariencia a un algodón inofensivo, generalmente no causan preocupación; sin embargo son altamente contaminantes. Actualmente dos jóvenes mexicanos de la UNAM experimentan sobre su pronta degradación con un método biológico, ¿será posible…?
A pesar de la incesante campaña global contra el tabaquismo, el vicio de millones de fumadores persiste. Sólo en México, según la Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos (GATS), existen cerca de 11 millones de fumadores, los cuales, por lo general, después de dar el último golpe al tabaco, arrojan la pequeña colilla donde sea sin mayor mortificación.
Los fumadores mexicanos consumen aproximadamente 250 millones de cajetillas, las cuales generan 5 mil millones de colillas, mientras que en el mundo, según afirma la Sociedad Española contra el Cáncer, cada año se generan 4.5 billones de colillas, cantidad que al sumarse alcanza las 845 mil toneladas.
La mayoría de los consumidores desconoce las repercusiones ambientales de una colilla; es más, dudan si se trata de un residuo orgánico o inorgánico.
La colilla es un residuo inorgánico que tarda hasta diez años en degradarse. Además su gran cantidad de químicos tóxicos en el filtro, tales como la nicotina y el alquitrán, pueden contaminar hasta cincuenta litros de agua.

Proyecto Biosoluciones

Hace cerca de dos años, Polo Benítez y Carlos Ramírez, estudiantes de la licenciatura en Biología enla Facultad de Estudios Superiores Iztacala, perteneciente ala UNAM, comenzaron a investigar cómo sería posible degradar las colillas de cigarro, mediante un proceso amigable con el medio ambiente.
Primero diseñaron y construyeron contenedores de PET para almacenar las colillas de los estudiantes y profesores de su misma facultad. A lo largo de dos años, consiguieron reunir ocho kilogramos, material que les sirvió para experimentar un método de degradación a través  de hongos.
Los resultados fueron satisfactorios, Polo y Carlos utilizaron dos hongos en el estudio (Pleurotus ostreatus y Trametes versicolor) los cuales tuvieron la capacidad de degradar parcialmente el filtro del cigarro, en un 18%. Se observó que los hongos son capaces de crecer incluso en el lixiviado, que es el líquido resultante del proceso de degradación. Además, ambos hongos tienen la capacidad enzimática de degradar un sinfín de biomoléculas; por lo tanto, fue la biología de los mismos hongos lo que ayudó a la degradación de las colillas.
Actualmente este incipiente proyecto de Polo y Carlos se encuentra en la búsqueda de mayor apoyo para promover una mayor conciencia ciudadana sobre el daño ambiental que ocasionan las colillas, en la espera de poder implementar los depósitos necesarios que permitan almacenar estos desechos para optimizar su manejo y disposición final.
La investigación y los resultados arrojados sobre las colillas son los primeros que se hacen a nivel nacional e internacional.
El proyecto se ha difundido en su punto de origen, la FES-Iztacala, y se ha presentado en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y otras instituciones educacionales. También, en el 2010 Carlos y Polo participaron en el Tercer Encuentro Nacional de Expertos en Residuos Sólidos, que formaba parte de la 10a Semana del Ambiente. En dicho evento, el público mostró gran interés por la temática y el proyecto.
Los creadores de Biosoluciones señalan que el mayor problema para que este tipo de proyectos despegue, es la falta de consciencia ambiental; por ello resulta importante la impartición de talleres y pláticas que ayuden a conocer más a fondo la problemática.
Por ahora los países que han detectado la problemática siguen un simple proceso de confinamiento de colillas, sin embargo no existe un tratamiento que ayude a degradarlas eficazmente.
En este rubro destaca el caso de Colombia, donde se ha experimentado un tratamiento de colillas a través de la pirolisis, que es la descomposición química de los residuos sólidos por medio de calentamiento en ausencia de oxígeno, este proceso genera gases tóxicos a la atmósfera, por lo que resulta un método poco viable.
Biosoluciones ofrece una propuesta que además de promover el confinamiento, busca implementar un sistema de degradación natural, sin químicos ni consecuencias secundarias para el ambiente.
Polo y Carlos señalan que Biosoluciones ha tenido una buena aceptación a nivel universitario, y aunque sectores gubernamentales como el municipio de Tlanepantla de Baz, mostró interés en implementar el proyecto como política pública, aún no se ha concretizado.

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