domingo, 18 de marzo de 2012

Otra drama africano...refugiado de Mali.

Miles de malienses se refugian en el norte de Burkina Faso
FUENTE: ELMERCURIODIGITAL
Cerca de 20.000 personas se refugian en el norte de Burkina Faso, huyendo de los enfrentamientos en el vecino Malí, señala la organización médico humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF), que distribuye agua y alimentos en el campo de Mentao, y prepara un dispositivo de atención primaria de salud.

Unos 20.000 malienses han huido de los combates que desde mediados de enero están librando el ejército de Malí y los rebeldes tuareg, para refugiarse en Burkina Faso, sobre todo en las provincias fronterizas de Oudalan, Séno y Soum, en el norte del país.

El campo de Mentao, cerca de la ciudad de Djibo, a 45 kilómetros de la frontera con Malí, acoge a 3.000 personas, una cifra que se ha triplicado en tres semanas. “Se ha producido un aumento importante de población refugiada. Esperamos que lleguen entre 5.000 y 10.000 personas más durante las próximas semanas”, precisa Jean Hereu, coordinador general de MSF en Burkina Faso.

En este campo, MSF suministra 50 metros cúbicos de agua potable al día. Los equipos también han hecho una primera distribución de cerca de cinco toneladas de alimentos (arroz, judías rojas y aceite), una operación que repetirá hasta que el Programa Mundial de Alimentos pueda responder a la emergencia. En los próximos días, MSF hará una evaluación conjunta con el Ministerio de Salud de Burkina Faso para estimar el dispositivo médico necesario.

La crisis alimentaria como telón de fondo
Las poblaciones nómadas han encontrado refugio cerca de un afluente del río Níger, a lo largo de la frontera con Malí, lo que les permite acceder al agua que necesitan para su ganado. Pero entre los refugiados también hay muchas personas que ya no tienen la cultura del desplazamiento. Sin recursos, este grupo de población es el más vulnerable.

“Cuando efectuamos nuestra evaluación inicial, la situación sanitaria no era crítica, pero para preservar la salud de las poblaciones refugiadas, es indispensable que puedan tener acceso continuado a agua, alimentos y atención sanitaria. Hay que estar alerta, puesto que la situación podría deteriorarse rápidamente”, explica Daho Moussa, logista de MSF.

Las escasas precipitaciones en la época de lluvias de 2011 han tenido efectos nefastos para las cosechas, los pastos y los niveles de agua de los pantanos. La afluencia de refugiados, y con ellos la llegada masiva de cabezas de ganado, pone en peligro un ya precario equilibrio que puede desencadenar tensiones intercomunitarias. Además, la inseguridad alimentaria que sufre la región es un factor de riesgo tanto para las poblaciones refugiadas como para las autóctonas.

Además del campo de Mentao, las autoridades han oficializado un segundo asentamiento en Férélio, en la provincia de Oudalan, para acoger a los refugiados malienses instalados en el extremo norte del país, a lo largo de la frontera con Malí. Un equipo de MSF compuesto por una coordinadora médica y un logista, se ha desplazado a la zona para evaluar la situación.

CRUZ ROJA
egún las estimaciones del CICR y de la Cruz Roja Maliense, en el norte de Malí hay unas 72.000 personas desplazadas, muchas de ellas viven en condiciones extremadamente precarias. Mientras prosiguen los enfrentamientos armados, el acceso a los desplazados, los heridos y los detenidos constituye la prioridad fundamental.

"Los heridos precisan atención sanitaria lo antes posible, y se debe poder visitar a todos los detenidos. Las personas desplazadas y las comunidades que las acogen se encuentran, a veces, en una situación muy delicada", declaró el jefe de la delegación regional del CICR en Niamey, Juerg Eglin. Esta delegación abarca Malí y Níger. "Para cuantos han huido de los combates a zonas que, a pesar de considerarse más seguras, no están adaptadas a tal afluencia de personas, la dificultad primera consiste en sobrevivir, y sus preocupaciones diarias son la seguridad, el acceso a los alimentos y al agua potable, así como la higiene".

El CICR prosigue sus esfuerzos de diálogo con todas las autoridades y los grupos armados, para poder tener acceso a las víctimas con total seguridad.

En Mali hay 72.000 personas desplazadas

Este viernes 16 de marzo, el CICR y la Cruz Roja Maliense han comenzado a distribuir víveres y artículos de primera necesidad a más de 28.000 personas desplazadas en el círculo de Menaka (región de Gao). "Estas personas se han instalado en refugios temporales, en los alrededores de la ciudad o en los poblados circundantes", señaló Juerg Eglin. "Es esencial que nuestros equipos puedan asistirlas sin trabas."

Los días 11 y 12 de marzo, en Gao, Ansongo y Bourem, ambas Instituciones proporcionaron ayuda alimentaria de urgencia a más de 6.500 desplazados.

Además de estas 34.500 personas desplazadas en la región de Gao, el CICR y la Cruz Roja Maliense han contado, hasta la fecha, a unas 25.500 personas desplazadas en la región de Kidal (unas 19.000 en el círculo de Tessalit y 5.000 en el círculo de Abeibara), así como 12.000 en la región de Tombuctú (concentradas en el círculo de Niamfunké).

Acceso a las víctimas de los combates en Tessalit

La semana pasada, las autoridades malienses y el Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) solicitaron los servicios del CICR para que facilitara el traslado de civiles fuera de una zona de combates de los alrededores de Tessalit. Pero, dicha operación no pudo llevarse a cabo, en un principio a causa de los combates y, más tarde, porque sobre el terreno, hombres armados impidieron al equipo del CICR proseguir su trayecto.

"Para nosotros, sigue siendo una prioridad satisfacer las necesidades humanitarias de los civiles, así como de los heridos y detenidos en esta zona", declaró Juerg Eglin. "Cuando hayamos obtenido las debidas garantías de seguridad proseguiremos nuestros esfuerzos con esa finalidad".

Necesidades específicas de los heridos y los detenidos

Para posibilitar la asistencia rápida y eficaz de los heridos, el CICR ha facilitado material médico a las secciones de la Cruz Roja Maliense y a los principales centros de salud de Kidal y Tombuctú. Por lo demás, han recibido formación en primeros auxilios 20 voluntarios de la Cruz Roja Maliense, quienes, a su vez, formarán a otros voluntarios en las tres regiones del norte del país.

Desde el 8 de febrero, el CICR visita a las personas detenidas en relación con la violencia que se registra en el norte de Malí, a fin de seguir de cerca el trato que reciben y las condiciones en que se encuentran y posibilitarles el envío de mensajes a sus familiares. Por el momento, se ha podido visitar a unas 20 personas.

"Recordamos a todas las partes implicadas en los combates que es necesario que respeten las normas del derecho internacional humanitario", declaró Juerg Eglin. "En particular, deben proteger a los civiles de los peligros a raíz de las operaciones militares y garantizar el acceso del CICR a los heridos y los detenidos, con independencia de quiénes sean y dónde se encuentren".

Poblaciones ya afectadas por la crisis alimentaria

Los combates que se libran en el norte de Malí debilitan aun más a las poblaciones que ya afrontaban una grave inseguridad alimentaria, que afecta a toda la región del Sahel.

Además de la asistencia en favor de la población desplazada por la violencia, el CICR y la Cruz Roja Maliense empezarán, el sábado 17 de marzo, a distribuir víveres para unas 50.000 personas víctimas de la crisis alimentaria que asola el círculo de Menaka.

Asistencia en los países vecinos

En Burkina Faso, principalmente en las provincias de Soum y de Oudalan, alrededor de unos 20.000 refugiados malienses instalados en lugares de acogida provisionales afrontan verdaderas dificultades para alojarse, abastecerse con agua o tener acceso a la atención de la salud o para alimentarse. En Oudalan, la Cruz Roja de Burkina Faso está preparando, con el apoyo del CICR, la distribución de bienes de primera necesidad (como mantas, colchonetas, utensilios de cocina, jabones y baldes) en favor de más de 12.000 refugiados repartidos en seis emplazamientos.

En Mauritania, las autoridades calculan que, desde finales de enero, unos 37.000 malienses han buscado refugio en el sudeste del país. A los refugiados se los aloja provisionalmente en el campamento de Fassala o son trasladados al campamento de M'berre, a unos cuarenta kilómetros de distancia. Según un estudio efectuado sobre el terreno por el CICR, en estos campamentos el acceso al agua es insuficiente. Habrá pues que mejorar lo antes posible el abastecimiento de agua potable, en particular aumentando la capacidad de almacenamiento, de distribución y de bombeo del agua. Por lo demás, los refugiados carecen de instalaciones de salud adecuadas, concretamente para la atención quirúrgica, y viven en precarias condiciones de higiene. Así pues, habrá que considerar prestar asistencia también en este ámbito.

En Níger, en el norte de la región de Tillabery, más de 60.000 nigerinos afectados por la crisis alimentaria, y que han acogido a miles de refugiados procedentes de Malí, se benefician, desde el 5 de marzo, de una ayuda alimentaria del CICR y de la Cruz Roja Nigeriana.

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