jueves, 29 de marzo de 2012

Triste informe de Intermón Oxfam

Un informe de Intermón Oxfam revela que desde que comenzó la crisis la ayuda española se redujo en un 40%
La ayuda española al desarrollo se desmorona
Desde el comienzo de la crisis económica, la ayuda oficial al desarrollo de España no sólo comenzó un declive en cifras, con recortes que la redujeron en un 40% sobre lo presupuestado en 2010, sino que también ha perdido calidad, claridad e impacto.
De 2009 a 2010 (último años del que se tienen cifras oficiales) nuestro país redujo a casi la mitad la ayuda para financiar los servicios sociales básicos (como la salud, la educación o el acceso al agua), financió casi el 50% de su aportación a la lucha contra el hambre en forma de créditos que los países más empobrecidos deberán devolver con intereses y repartió su esfuerzo en contribuciones a 152 países, la mayoría demasiado pequeñas para causar impactos sostenibles. Estas son algunas de las conclusiones del informe “La realidad de la ayuda 2011” que Intermón Oxfam presentó ayer y que recoge en una nota de prensa.
“Reducir la ayuda al desarrollo no es la solución para salir de la crisis económica, sino todo lo contrario. Una cooperación bien entendida y ejecutada podría contribuir a la prosperidad en los países con los que interactuamos, lo que nos permitiría remontar la crisis de forma más rápida y compartida. Pedimos al Gobierno que no realice nuevos recortes a la ayuda al desarrollo en los presupuestos generales del Estado que hará públicos en unos días y que tome además las medidas necesarias para que los resultados de la ayuda sean excelentes”, afirma Jaime Atienza, director del departamento de campañas y estudios de Intermón Oxfam.
Después de una subida continuada, que llevó a nuestra AOD al mayor incremento de su historia (desde el 0,24% de la RNB en 2004 hasta el 0,46% en 2009), los recortes iniciados en 2010 la hicieron retroceder hasta un 0,43%, lo que nos situó como séptimo país entre los donantes en términos reales y en la undécima posición en relación a nuestra riqueza. Este retroceso será más importante, puesto que los recortes aplicados en la última etapa del Gobierno anterior -y consolidados en diciembre de 2011 por el actual Gobierno- han hecho disminuir la AOD hasta niveles de 2005 (0,29%).
“Es importante recalcar la idea de que en la coyuntura actual, la cooperación puede ser una inversión vital y la ayuda al desarrollo representar parte de la solución, no del problema. Así lo han reconocido varios países de nuestro entorno, que, incluso en época de crisis han apostado por mantener e incrementar la ayuda al desarrollo. España lleva dos años caminando en sentido contrario”, afirma Atienza.
Se incrementa la ayuda en forma de créditos
La ayuda reembolsable, aquella que genera deuda y que el país receptor debe devolver con intereses, se duplicó en 2010 respecto a 2009, alcanzando el 15% de la AOD bruta y muy lejos del compromiso adquirido en el Pacto de Estado contra la Pobreza de 2007, que estipula que este tipo de cooperación no debe superar el 5% del total. “La crisis económica parece estar empujando a los políticos a buscar estrategias para mantener niveles significativos de desembolso de ayuda sin afectar al déficit, pero con una falta total de visión y criterios sobre qué sectores y países conseguirán que más personas opten a una vida digna. Traerá consecuencias que el 47% de la ayuda española a un sector tan sensible como la agricultura y la seguridad alimentaria, es decir, a la lucha contra el hambre, se haya hecho a través de préstamos”, afirma Deborah Itriago, investigadora de Intermón Oxfam y coordinadora del informe.
“Y más sorprendente aún es que casi el 25% de estos créditos se hayan concedido a países pobres altamente endeudados (HIPC por sus siglas en inglés), muy a contracorriente de los esfuerzos que se están realizando a nivel internacional y español para reducir su nivel de endeudamiento. La ayuda no puede estar regida por intereses políticos, estratégicos o por circunstancias económicas de los países donantes, sino que tiene que estar orientada a reducir la pobreza, la desigualdad y la vulnerabilidad. De la misma forma, los instrumentos que se utilicen para la cooperación deben responder también a este fin”, añade Itriago.
También es preocupante la tendencia que comienza a afianzarse en los últimos años de recortes de la AOD por la vía de la no ejecución. En 2010 nuestro país ejecutó el 85,3% de la ayuda presupuestada. “Esto supone una falta de transparencia con la ciudadanía, que espera que el sistema de cooperación cumpla las metas comprometidas”, concluye Itriago.
La cooperación descentralizada también se resiente
La ayuda descentralizada, aquella que depende de Comunidades, Ayuntamientos o entes locales, también sufrió un severo recorte en 2010 al reducirse de media un 14% con respecto al año anterior. Representó sólo un 11,4% del total de la AOD de nuestro país mientras que en años anteriores este porcentaje se situaba en torno al 13%.
Doce de las 17 Comunidades Autónomas disminuyeron el importe dedicado al desarrollo, dos de ellas en más de un 50% (Murcia y Cantabria). Otras, las más solidarias como Navarra, País Vasco (en relación a AOD por habitante), o Andalucía por volumen, se mantienen estables en el ranking.
La cooperación descentralizada aportó el 53,7% de la financiación a la educación para el desarrollo, y es crítica para sectores como los servicios sociales básicos (donde a pesar de haberse recortado destinó más del 20%), la gobernabilidad de la sociedad civil o la agricultura. Estas entidades aportan, además el 52% de la financiación pública que se canaliza a través de Organizaciones no Gubernamentales (ONG).
La ayuda a escala mundial alcanzó niveles históricos
Las aportaciones a la AOD de los países donantes miembros de la Comisión de Ayuda al desarrollo de la OCDE (CAD) alcanzaron en 2010 un record histórico al sumar 128.492 millones de dólares, el más importante registrado en la historia. Supuso, a pesar de la crisis un incremento del 6,3% con respecto al año anterior.
Sin embargo, en términos porcentuales esta ayuda se queda muy corta, puesto que pasó del 0,31% de Renta Nacional Bruta de los países miembros del CAD (2009) al 0,32% en 2010.
A pesar de las buenas cifras, los países donantes están aún muy lejos de cumplir con los compromisos en materia de financiación para el desarrollo, puesto que aún están 19.000 millones por debajo de lo prometido en la cumbre del G8 de Gleneagles en 2005. En aquella cumbre los países más ricos se habían comprometido a incrementar la AOD en 50.000 millones de dólares adicionales para 2010 y así pode cumplir con los Objetivos de desarrollo del Milenio en 2015. La ayuda de la UE representó el 0,43% de su RNB, lo que supone un déficit de 15.000 millones de euros en relación al objetivo de alcanzar el 0,56% ve la RNB de los donantes europeos para 2010.
“Lo interesante del contexto internacional, es ver cómo varios países han incrementado su ayuda al desarrollo, a pesar de estar inmersos en una profunda crisis económica que les lleva a recortar gastos en casa. Esto responde a una estrategia de inversión en las economías y las personas de los países del Sur que tendrá repercusiones positivas en el Norte. En algunos caso motivados por el llamado ‘egoísmo inteligente’, en otros por la convicción de que el crecimiento de la prosperidad en los países en desarrollo contribuirá a sacarnos más rápido y más reforzados de esta crisis”, comenta Atienza.
Entre los países que incrementaron su AOD en 2010 figuran Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia o Japón. Entre los que la rebajaron figuran Grecia, Suiza, Suecia y España, entre otros.
Como en años anteriores, tan sólo cinco países alcanzaron la meta de destinar el 0,7% de su RNB al desarrollo: Noruega, Luxemburgo, Suecia y Dinamarca.
Siete propuestas para la política de desarrollo del Gobierno Español
El informe "La realidad de la ayuda" recoge siete propuestas concretas para la política de desarrollo del nuevo gobierno:
• Defender la justicia alimentaria y avanzar en la puesta en marcha de nuevas vías de financiación (tasa Robin Hood) en los foros internacionales.
• Honrar nuestro compromiso de destinar el 0,7% de la renta nacional a ayuda para el desarrollo estableciendo un calendario para la consecución de este objetivo.
• Rendir cuentas de forma transparente sobre la ayuda destinada al desarrollo
• Mejorar el impacto del sector privado en la reducción de la pobreza.
• Modernizar la organización y la gestión de la ayuda que realiza la cooperación española.
• Focalizar la ayuda a los países más pobres en los que podemos conseguir un mayor impacto.
• Fortalecer las capacidades de los países pobres para salir por sus propios medios de la pobreza con mecanismos que les den mayor responsabilidad y protagonismo.

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