viernes, 16 de marzo de 2012

Una historia muy humana. Una historia desgarradora...

Cuando se acabe el sorgo
Fuente: 20minutos/ por Younassa Lifa Lenya (refugiado en Sudán del Sur)
Soy enfermero en el hospital de campaña de Médicos Sin Fronteras en el campo de refugiados de Doro, en el noreste de Sudán del Sur; pero además soy refugiado en este mismo campo. Yo soy del país vecino, de Sudán, el estado de Nilo Azul, y llevo en Doro unos cuatro meses*.
Uno de nuestros principales desafíos es la estación de lluvias. Espero que podamos estar preparados a tiempo, porque conozco cómo es este sitio y lo difícil que puede ponerse.
Cuando vivía en Nilo Azul, trabajaba como agente comunitario de salud con otra ONG. Concretamente trabajaba con Kurmuk. Creo para que la gente que se ha quedado en Nilo Azul todo lo relacionado con la salud se ha puesto muy difícil. Todo el mundo  ha huido de allí, así que no hay ni médicos ni enfermeros.
Llegar al campo de Doro con mi familia fue complicado. Hicimos todo el viaje andando, creo que tardamos unos 30 días, y apenas podíamos encontrar agua o comida.
Antes de esto también fui refugiado en Etiopía. Fue hace mucho tiempo, éramos muchos. Creo que estuve allí como refugiado unos 20 años. Después pude regresar a Nilo Azul, pero ahora de nuevo hemos tenido que irnos y cruzar la frontera porque vuelve a haber combates. Y aquí estamos, en Doro.
Aquí no hay agua suficiente para todos. En nuestro caso, es mi mujer la que va a por agua. A veces sale por la mañana y no consigue encontrar nada hasta por la tarde. Cuando vuelve siempre me cuenta que ha tenido que pelearse por el agua con otras mujeres.
Además, recibimos comida en las distribuciones, pero no es suficiente. Hay quien regresó a Sudán para la cosecha de sorgo, porque aquí no hay comida para todos. Pero no me parece una buena opción, es muy peligroso.
Ahora que la cosecha ha terminado, creo que vamos a tener problemas. Podríamos tener problemas de hambre en el campo. Hasta ahora nos hemos mantenido con el sorgo que la gente ha ido trayendo. Pero ahora lo que necesitamos es que las organizaciones humanitarias nos distribuyan comida.
Como decía, la estación de lluvias también traerá problemas. No tenemos sitio para que los refugiados podamos cultivar algo nosotros mismos. Así que no podemos cubrir nosotros mismos nuestras necesidades.
* Los campos de refugiados de Doro y Jamam, en el noreste de Sudán del Sur, acoge a más de 80.000 personas procedentes del estado de Nilo Azul, en el vecino Sudán. Malviven en un entorno hostil que no está preparado para cubrir las necesidades de tantas personas, por lo que los refugiados dependen totalmente de la ayuda humanitaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario