Inquietudes de mujeres indígenas mexicanas llegan a la ONU

Inquietudes de mujeres indígenas mexicanas llegan a la ONU

FUENTE. Escrito por Victor M. Carriba   para PRENSA LATINA

04 de marzo de 2012, 10:32 El escaso financiamiento e inversión en programas para el desarrollo de las mujeres indígenas mexicanas forma parte de las inquietudes escuchadas en Naciones Unidas durante la última semana.   El tema es uno de los preferidos de Martha Sánchez, oriunda del estado mexicano de Guerrero y que no descansa de conversar con los corresponsales que cubren las labores de la sesión anual de la Comisión de la ONU sobre el Estatus de la Mujer. Ella es coordinadora de la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México y lleva 18 años ininterrumpidos "trabajando de manera voluntaria y comprometida ciudadanamente, con mis raíces, mi cultura y los derechos de las féminas". Así se manifestó en entrevista con Prensa Latina durante uno de los recesos del cónclave que cada año reúne a centenares de mujeres en la sede de la organización mundial en Nueva York. Sánchez considera que en México se han registrado avances, "pero los desafíos son inmensos y hay muy poca inversión, a cuenta-gotas, a favor de la vida de los pueblos indígenas". Todavía los microcréditos otorgados a la mujer de esas comunidades son muy pequeños, afirma al reclamar "mejores enfoques de esos financiamientos" para que sus beneficiarias puedan aportar a la economía y avanzar en su desarrollo. Gran parte de los recursos para nuestra labor generalmente lo recibimos de afuera, de otras entidades como el Fondo de Igualdad de Género de la ONU y "otro poco, mínimo," proviene del gobierno federal. Otro aspecto del problema radica en el acceso de las mujeres indígenas "no solo a la justicia del Estado, sino a la justicia comunitaria" y su relación con los derechos humanos de ellas y de los propios pueblos originarios. Aunque puede parecer un asunto secundario, la falta de intérpretes de las lenguas originarias al español y viceversa constituye un punto clave para las cuestiones judiciales, explica la delegada mexicana. Confiesa que hasta ahora no han conseguido avanzar en esa materia. "Es muy poco lo que se ha logrado, tal vez haya algunos traductores e intérpretes contratados temporalmente, pero queremos que esto sea parte de la estructura del México pluricultural". Explica que en el campo de la salud todavía existen dificultades de comunicación entre las mujeres indígenas y el personal médico "debido a que el Estado no ha querido tomar partido porque incide en su presupuesto, más allá de la voluntad política". Agrega que su trabajo también tiene que ver con el liderazgo de esas féminas, "aunque a ellas no les gusta ese concepto y entonces hablamos del crecimiento de las mujeres indígenas, a lo interno y hacia afuera, es decir que no solo conozcan sus derechos, sino que actúen para ejercerlos, exigirlos y promoverlos". Interrogada sobre el impacto del Movimiento Zapatista en la vida de las mujeres indígenas del estado de Chiapas, Sánchez apuntó que "tenemos compañeras que pertenecen a la base del zapatismo, pero también otras que no". Todas trabajan en cooperativas de artesanas o en los problemas de la salud materna, como parteras, promotoras o dirigentes comunitarias y algunas entran en la política, es muy variada la participación, indicó. Y como colofón de la conversación subrayó la vinculación que mantiene con los organismos y procesos relacionados con las comunidades indígenas de "las Américas" (incluyendo a Estados Unidos y Canadá). Siempre tratamos que nuestro trabajo de incidencia local esté vinculado con los procesos indígenas a nivel de continente e incluso a nivel global, puntualizó. La reunión de este año de la comisión de la ONU fue convocada bajo el tema central del empoderamiento de las mujeres rurales y su función en el desarrollo y en la erradicación de la pobreza y el hambre. Según datos de la ONU, las féminas del campo representan la cuarta parte de la población mundial y realizan aportes vitales para el bienestar de las familias, las comunidades y las economías de sus respectivos países. Además constituyen una importante proporción de la mano de obra agrícola, producen la mayoría de los alimentos que se cosechan, especialmente en la agricultura de subsistencia, y llevan a cabo la mayor parte de los trabajos no remunerados.