miércoles, 7 de marzo de 2012

En México solo 20 por ciento de mujeres son propietarias de tierra

FUENTE: YANCUIC
Es urgente eliminar la discriminación en contra de las mujeres rurales en el acceso a los recursos agrícolas, financieros y tecnológicos que les posibiliten producir en el campo, ya que lograr la igualdad de género en este ámbito “no sólo es justo, sino también crucial para el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria mundial”.

Lo anterior, lo señaló Nuria Urquía, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, quien explicó que el acceso de las mujeres a los recursos agrícolas permitiría reducir las mil millones de personas que padecen hambre crónica, de las cuales el 70 por ciento son mujeres.

Durante la ceremonia de conmemoración realizada previo al Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo, Urquía urgió a tomar “medidas decisivas” para eliminar la discriminación en contra de las habitantes de las zonas rurales, pues la falta de acceso a la tierra, a créditos para la producción, así como la escasa infraestructura y servicios en sus comunidades, limitan sus oportunidades de salir de la pobreza.

Además, según proyecciones de Naciones Unidas, un acceso equitativo a los recursos agrícolas, incrementaría la producción entre 1.5 y 4 por ciento, este aumento reduciría en 150 millones el número de personas que sufren hambre crónica en el mundo.

Algunos de los recursos a los que las mujeres deben tener acceso son los fertilizantes, ganado, equipamientos, semillas, servicios de extensión de la tierra, de formación agrícola y servicios financieros, apuntó Urquía.

En este sentido, Rocío García Gaytán, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), reconoció que México tiene “muchos pendientes” en la materia, uno de ellos es la falta de acceso de las mujeres a créditos para el campo, ya que hasta ahora sólo pueden acceder a “microcréditos”.

La presidenta del Inmujeres dijo que es necesario quitarle “el micro” para que las agricultoras tengan iguales oportunidades. Por lo que el próximo 8 de marzo solicitará formalmente que cese la discriminación y les otorguen créditos para la agricultura.

Nuria Urquía indicó que las disparidades entre hombres y mujeres rurales, rebasan el acceso a recursos productivos, ya que las mujeres y niñas están en peores condiciones que los hombres rurales y que las personas de las zonas urbanas. Las mujeres rurales poseen los indicadores más bajos en salud, educación y empleo.

Al respecto, Diego Palacios, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en México, indicó que en México las mujeres rurales tienen un acceso desigual a los servicios de salud, muestra de ello, es la afectación a su salud sexual y reproductiva.

Además del ámbito de la salud, las mujeres rurales padecen condiciones inequitativas en el trabajo, indicó Nuria Urquía, quien detalló que en México y América Latina, ellas laboran en los empleos “más precarios y menos seguros, que los de los hombres rurales y los de las personas de las áreas urbanas: sin horarios flexibles para conciliar cuidado familiar, con una menor remuneración y con escasa representación en las organizaciones de los trabajadores”.

En México sólo 22 por ciento de las unidades económicas rurales está dirigido por mujeres, mientras que su participación en esta actividad no remunerada es de 75 por ciento.

Para modificar esta realidad, es preciso modernizar los sistemas de extensión de la tierra para que sean más inclusivos y sensibles a la situación de las mujeres, y los de financiamiento para que respondan a las necesidades de las agricultoras.

Cabe señalar que en el país hay 5.7 millones de personas ocupadas en el campo, de las cuales 27 por ciento son mujeres, de ellas sólo 20 por ciento son propietarias de la tierra, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Aumentar el acceso de las mujeres a la tierra, recursos financieros e insumos para el campo, así como mejorar su acceso a empleos de calidad en mercados de trabajo rural, permitirá mejorar la situación económica de las habitantes del campo, y, a su vez, el empoderamiento económico de las mujeres posibilitará mejorar la nutrición, salud y educación de sus hijas e hijos, aseguró Urquía.


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